El director de Pemex, cuestionado por la inversión en Repsol

Juan José Suárez Coppel, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) no ha podido convencer a los diputados mexicanos sobre las supuestas bondades de la operación realizada por la petrolera mexicana en Repsol, mediante la cual amplió sus acciones de la empresa española del 4,8 al 9,8%. En una sesión de tres horas ante dos comisiones de diputados, en la que la tónica fueron los reclamos de los legisladores de oposición, Suárez Coppel sólo se salió del discurso triunfalista que ha sostenido en las últimas semanas cuando tuvo que reconocer que el Consejo de Administración de Pemex sí le ha manifestado su descontento por no haber sido informados con anterioridad de la polémica transacción, que incluye el aún más cuestionado acuerdo de voto conjunto con la constructora española Sacyr, dueña el 20% de Repsol.

"Antes de llevar a cabo la operación se verificaron los aspectos legales y procesales correspondientes", expresó en su mensaje inicial Suárez Coppel, "el dictamen concluyó que la operación no requería contar con la aprobación del Consejo de Administración de Pemex", agregó el director de la petrolera propiedad del Estado mexicano. Pero más adelante, ante la metralla de diputados opositores, el directivo reconocería que a los consejeros de Pemex sí les "preocupa" el cómo se les informó. De hecho, el directivo reveló que fue la noche del martes cuando finalmente, y de forma oficial, compareció ante el Consejo de Administración para dar pormenores de la transacción.

Más que detalles técnicos y aspectos legales, los legisladores preguntaron reiteradamente sobre el hecho de que Suárez Coppel haya tardado tanto en comparecer ante el Congreso -la reunión ha ocurrido mes y medio después de que se diera a conocer la transacción. Asimismo, los diputados le plantearon la supuesta incongruencia de que Pemex realice compras e inversiones en el extranjero cuando la petrolera presenta retrasos en inversiones y obras en territorio mexicano. El funcionario reiteró que los fondos usados para crecer su participación en Repsol (1.600 millones de dólares, de los cuales 70% son deuda) no se pueden utilizar en el país.

Dudas

Pero lejos de pasar una mala mañana, Suárez Coppel sólo tuvo que lidiar con reclamos nacionalistas y preguntas generales. Nadie le inquirió sobre la pertinencia de asociarse con una empresa (Sacyr) que presenta problemas de endeudamiento, ni si la marca Pemex ha ganado o perdido con la polémica que a ambos lados del Atlántico se ha generado por esta transacción. Una de las pocas voces discordantes fue la de Mario Di Costanzo, del Partido del Trabajo (identificado con el líder opositor Andrés Manuel López Obrador), que le señaló que al no avisar al Consejo de Administración había violado la ley.

El mismo diputado le cuestionó si puede ser leal a México al sentarse en el consejo de Repsol. Laura Itzel Castillo, también del PT e hija de un legendario defensor de la industria petrolera mexicana, prefirió el tono estridente y junto con sus reclamos dio a Suárez Coppel la figura de una torre petrolera con una bandera estadounidense.

Al final en la sala donde se reunieron las comisiones de Hacienda y de Energía para escuchar a Suárez Coppel quedó flotando la pregunta expresada por una diputada: "por el enfado que hay en España me queda claro que fue un buen negocio, lo que no tengo claro es quién se benefició con ello".