Los bancos de Alemania y de Austria mantienen el apoyo a Grecia
El Gobierno heleno presenta su plan ante la desconfianza de los mercados
Los principales bancos alemanes y austriacos han decidido mantener sus líneas de crédito a Grecia, donde tienen importantes riesgos, en señal de apoyo al plan de ayuda de 110.000 millones de euros acordado el pasado domingo por los ministros de Economía del Eurogrupo. El Gobierno griego, por su parte, presentó ayer los detalles del plan de ajuste al Parlamento que deberá aprobarlo por la vía de urgencia el próximo jueves. A pesar de estas medidas, las bolsas europeas registraron fuertes caídas.
Los bancos alemanes y austriacos tienen unos riesgos superiores a los 34.000 y 4.600 millones de euros respectivamente en Grecia, según datos del Banco Internacional de Pagos. Las entidades financieras francesas, sin embargo, son las que tienen una exposición mayor, con un montante próximo a los 57.000 millones. Los bancos alemanes, tal como ya hicieron los austriacos el lunes, expresaron su voluntad de no exigir el reembolso de sus créditos durante los tres años que dure el plan de ayuda.
La banca alemana y austriaca suman un riesgo de 38.600 millones en el país
Bruselas cuestiona el poder de las agencias de calificación
Josef Ackermann, presidente de Deutsche Bank expresó ayer la disposición de su banco a suscribir obligaciones de la banca pública alemana KfW como muestra de apoyo a la decisión del Gobierno de Angela Merkel, de contribuir con 22.400 millones de euros al paquete global de 80.000 millones para Grecia con que contribuirán los países del euro.
Tanto los compromisos anunciados por la banca, como la presentación del plan de ajuste al Parlamento griego no lograron tranquilizar a los inversores. Estos volvieron a estar zarandeados por los rumores sobre nuevas rebajas de la valoración de la deuda de otros países por las agencias de calificación. El comisario de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, expresó su preocupación por la decisiva influencia de las agencias de calificación de riesgos. "El poder de estas agencias", dijo, "es bastante considerable, no sólo para las compañías, sino también para los Estados". "Por esto", añadió, "he pedido que el trabajo que están haciendo lo hagan con responsabilidad".
El comisario mostró su disgusto porque sólo tres sociedades dominen el mercado -Standard & Poor's, Moody's y Fitch- apuntando la posibilidad de crear alguna entidad europea.
El plan de ajuste griego prevé aplicar de manera inmediata una subida del IVA de dos puntos, del 21% al 23%, y aumentar la fiscalidad de carburantes, tabaco y alcohol. También prevé reducciones en los salarios públicos y en las pensiones públicas y privadas, aunque se protegerá a los que reciban menores ingresos. El programa supone un esfuerzo fiscal de 30.000 millones, equivalentes a 11 puntos del producto interior bruto hasta finales de 2013.
Daniel Gros y Cinzia Alcidi, director e investigadora respectivamente del Centre For European Policy Studies, sostienen que Grecia podrá efectuar el ajuste de estas dimensiones porque ya lo hizo en el pasado. No obstante, advierten de que "al menos, precisará cinco años". Incluso si logra el objetivo, el plan "podría dejar al país en una posición de alta inestabilidad". En su opinión el esfuerzo podría implicar que la proporción de la deuda con relación al PIB llegase al 150%.
Gros señaló que la situación de Grecia no tiene nada que ver con la de España, que calificó como una economía muy interconectada, con alta tasa de ahorro y un sistema financiero solvente. En su opinión, "mientras el problema que afecta a Grecia es de solvencia, el de España es de iliquidez".
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