Los acreedores aceptan el plan para salvar Eurotunnel de la quiebra
La votación, muy ajustada, permitirá reducir la deuda un 54%
En una votación extremadamente ajustada, los acreedores de Eurotunnel aprobaron ayer el plan de reestructuración de la deuda. El operador del túnel ferroviario bajo el canal de la Mancha aplaza, por el momento, la más que probable liquidación. Desde el pasado mes de agosto, en el que el Tribunal de Comercio de París aceptó el procedimiento de salvaguarda, la dirección de la empresa negociaba la reducción de una deuda de 9.100 millones de euros.
Jacques Gounon había conseguido negociar un plan consistente en reducir la deuda en un 54%, lo que la dejaba en 4.160 millones y compensar a los acreedores con una suma en efectivo y obligaciones reembolsables en acciones sobre un periodo de tres años. La dirección necesitaba el voto de más de la mitad de los acreedores y que representasen, al menos, el 72% de la deuda. De un total de 53 acreedores, sólo 28, que controlaban exactamente el 72% de la deuda, votaron a favor del plan.
Entre los acreedores, la Banca Europea de Inversiones (BEI) y la institución de crédito estadounidense MBIA apoyaron el plan. La semana próxima será el turno de los tenedores de obligaciones, que se pronunciarán antes de que el Tribunal de Comercio de París dé su aval al plan.
El fantasma de la liquidación estuvo muy cerca, pero Gounon pudo respirar finalmente. La primera etapa de la reestructuración, dijo, se ha franqueado "con éxito". El fondo de inversión norteamericano Oaktree, que reivindica la representación del 10% de la deuda, presionó hasta el último momento para rechazar la oferta. Eurotunnel podrá ahora elegir entre las dos ofertas que fueron presentadas ante el Tribunal de Comercio de París, una de Citigroup y otra de Goldman Sachs y Deustche Bank, para financiar la operación. El tribunal deberá aprobar ahora la puesta en marcha del plan de salvamento.
Capitalismo popular
Falta por desvelar la última incógnita antes de que se pueda poner en marcha el plan de salvación: la actitud de los accionistas. Eurotunnel cuenta con más de un millón de pequeños accionistas -800.000 en Francia- que mediada la década de 1980 invirtieron sus ahorros en el faraónico proyecto y visionario proyecto de construir un túnel de 50 kilómetros que uniera Gran Bretaña con el continente. Era el momento álgido del capitalismo popular, la fórmula que sirvió a la primera ministra Margareth Thatcher para desmantelar el modelo de Estado de bienestar que habían construido los Gobiernos laboristas durante la posguerra e incluso forzar al entonces presidente francés, el socialista François Mitterrand, a comprometerse a no inyectar ni un céntimo de dinero público en el proyecto.
Todos los cálculos fallaron. El coste de la obra se estimó en 7.320 millones de euros, cuando en realidad acabó subiendo hasta 13.720 millones. La explotación, por otra parte, también fue inferior a la esperada. Las acciones que se habían suscrito a 5,35 euros cuando salieron al mercado bursátil en 1987, llegaron a superar los 19 euros para caer vertiginosamente poco después, de modo que sólo valían 20 céntimos a finales de 1989. Los accionistas están llamados a pronunciarse a mediados del próximo mes de diciembre.
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