Yamaha prepara su marcha tras encontrar un comprador para su planta en Cataluña
Los trabajadores se reunirán este jueves para conocer los planes de la compañía
El fabricante de motocicletas Yamaha ha comunicado hoy a los sindicatos que cuenta con un comprador definitivo para su planta de Palau-solità i Plegamans (Barcelona), con lo que la multinacional tendría vía libre para una inmediata retirada industrial de España.
En los últimos meses, la compañía nipona ha acelerado el proceso de búsqueda de un inversor para la fábrica, en la que trabajan unas 400 personas, con la intención de poder abandonar la producción aquí antes de final de año, garantizando el mantenimiento del empleo.
Fuentes cercanas a las negociaciones han señalado que Yamaha no ha desvelado la identidad del inversor pero sí ha detallado que se trata de un proyecto de grandes dimensiones, durante la reunión que han mantenido hoy dirección y comité de empresa, una de las muchas que han celebrado en este largo proceso por buscar una alternativa industrial a la planta de Palau-solità. El comité no ha querido dar detalles de la reunión, aunque los sindicatos tienen previsto convocar mañana una asamblea de trabajadores para informarles de primera mano de los planes que conocen de la compañía y valorar la respuesta que merecen.
Del destino que se dé a la planta de Yamaha en Palau-solità i Plegamans depende también una parte importante de la industria auxiliar de la motocileta de Cataluña. En principio, la Generalitat, que ha tutelado el proceso de búsqueda de un socio inversor, es partidaria de que se repita una operación similar a las que han hecho posible la supervivencia de la fábrica de Sony en Viladecavalls y de las instalaciones de Sharp en Sant Cugat del Vallès, ambas en la provincia de Barcelona. Durante las conversaciones, se llegó incluso a plantear que se hicieran cargo de la planta de Yamaha una compañía del ámbito del sector logístico y otra del textil, aunque estas alternativas no llegaron a buen puerto.
Yamaha fracasó en su primer intento de clausurar las instalaciones de Palau-solità cuando tuvo que retirar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que había presentado en enero y en el que argumentaba motivos productivos, técnicos y organizativos para cerrar la planta y llevarse su producción a Francia.
La preocupación por la debilidad del sector de la moto en Cataluña ha llevado a la Generalitat a elaborar un plan para minimizar el impacto de la crisis, que pasa por la concesión de una ayuda de 12 millones de euros en créditos para financiar proyectos. El sector de la motocicleta y el ciclomotor en Cataluña representa el 84% del conjunto de España, y está formado por 12 empresas fabricantes y 43 proveedores, que suman cerca de 7.000 trabajadores y generan una facturación agregada de 1.000 millones de euros en 2010.
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