La UE pide al FMI que estudie una tasa para las transacciones financieras
Trichet advierte a los bancos que deben reforzar capital y no pagar altos sueldos
La Unión Europea se sumó ayer formalmente a la propuesta lanzada hace un mes por el primer ministro británico, Gordon Brown, de estudiar la posibilidad de introducir una tasa que grave las transacciones financieras. Las conclusiones emitidas ayer por los Veintisiete tras la habitual reunión de diciembre del Consejo Europeo en Bruselas recogen esa opción prácticamente en los mismos términos utilizados por Brown al dirigirse a los ministros de Finanzas del G-20 ampliado reunidos en noviembre en Saint Andrews (Escocia).
"El Consejo Europeo hace hincapié en la importancia de renovar el contrato económico y social entre las entidades financieras y la sociedad a la que sirven y de garantizar que la población se beneficie en tiempos de bonanza y esté protegida del riesgo", dice textualmente la declaración de los 27. Y añade: "El Consejo Europeo anima al FMI a considerar en su revisión toda la gama de opciones, inclusive las tasas de seguros, los fondos de resolución [fondos de garantía], los acuerdos de capital contingente [requisitos de capital] y una tasa mundial sobre transacciones financieras". Los líderes llaman "al Consejo y a la Comisión a identificar las principales claves que tienen que respetar los nuevos acuerdos globales".
La idea fue lanzada por Gordon Brown en la reunión del G-20 en Escocia
Se trata de "renovar el contrato social" con las entidades financieras
En síntesis, la UE no se pronuncia expresamente por la llamada tasa Tobin, un micro-impuesto a todas las transacciones de capital, pero deja abiertas las puertas a esa posibilidad al pedir al FMI que la tenga en cuenta. Las probabilidades de que algún día pueda llegar a introducirse esa tasa, defendida en los años setenta por el economista estadounidense James Tobin, son hoy por hoy bastante remotas dadas las reticencias de países como Estados Unidos o China.
Tampoco el FMI parece muy favorable. Su actual director-gerente, el socialista francés Dominique Strauss-Kahn, que de joven la defendía con ardor, insinuó en la reunión del G-20 su preferencia por una fórmula basada en el sistema de seguros con la peculiaridad de que tuviera carácter progresivo para penalizar a las inversiones más arriesgadas y que tuviera el objetivo de crear un fondo a utilizar en tiempos de crisis.
El Consejo Europeo, que acordó también convocar en febrero una reunión extraordinaria para abordar las cuestiones de competitividad y empleo, se refirió de manera sólo tangencial a los sobresueldos de los banqueros. Sin llegar a apoyar la iniciativa franco-británica para gravar los bonus que reparta la banca a sus directivos, en el actual ejercicio, insistió en que el proyecto de directiva sobre los llamados fondos de inversión alternativos (hedge funds y private equity) aborde la cuestión de las remuneraciones de sus gestores.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, lanzó ayer al sector financiero una nueva advertencia sobre ese asunto. En una conferencia en Londres, advirtió que la banca debería utilizar sus altos beneficios para reforzar su capital en lugar de destinarlos a pagar "niveles no deseados de compensaciones o bonus".
Sus palabras se interpretaron como un apoyo indirecto a la iniciativa tomada por el primer ministro británico, y apoyada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, de gravar al 50% las remuneraciones extraordinarias de la banca superiores a 27.000 euros por empleado en el actual ejercicio. Brown argumenta que parte de esos beneficios se deben a las ayudas públicas recibidas por la banca en los dos últimos años y por tanto una parte ha de volver a las arcas de Hacienda en lugar de quedarse en los bolsillos de los banqueros.
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