La UE estudia pedir un aplazamiento en el cobro de la deuda griega
Moody's rebaja tres peldaños la nota del país ante el riesgo de impago
Bruselas busca desde hace días la fórmula menos traumática para plantear una reestructuración de la deuda griega sin que salten las alarmas. Los encargados de preparar el segundo plan de rescate para el país estudian ofrecer a los acreedores incentivos para que aplacen el cobro de la deuda griega, según dos fuentes al corriente de estos planes citadas por la agencia Bloomberg. Las opciones más plausibles consisten en dar a esos inversores un estatus preferente, un interés más alto o avales como señuelo para comprar bonos que reemplacen a los que venzan entre 2012 y 2014. Grecia no podrá acudir el año próximo a financiarse de nuevo en los mercados, como esperaba inicialmente.
Los líderes europeos intentan evitar la primera quiebra de un país de la zona euro. El préstamo de 110.000 millones de euros otorgado el año pasado para evitar el éxodo de inversores no ha aliviado los problemas de financiación, por lo que los responsables comunitarios diseñan ahora un segundo paquete para compartir los costes con los inversores y evitar una suspensión de pagos.
Grecia eliminará 75 entes públicos a partir de octubre para ahorrar
Con ese mar de fondo, la agencia de calificación de deuda Moody's rebajó anoche tres escalones la nota de la deuda, desde B1 a Caa1, debido al creciente riesgo de que Grecia no sea capaz de estabilizar su nivel de deuda sin una reestructuración, y la sitúa en perspectiva negativa.
Las nuevas necesidades de capital del país están a punto de conocerse, aunque hasta ahora se han cifrado en un máximo de 60.000 millones de euros. La troika, la misión de la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional que evalúa desde hace semanas las necesidades del país, debe concluir sus trabajos "en los próximos días", aseguró ayer el portavoz comunitario de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj. Este grupo deberá desbloquear tanto los 12.000 millones de euros pendientes del primer plan de rescate como el segundo programa de préstamos. Los ministros comunitarios de Finanzas discutirán este segundo plan el 20 de junio en Luxemburgo. Los número dos de los ministros estudiaron ayer los detalles en Viena.
Durante meses, el aplazamiento de los vencimientos de deuda era un tabú. Pero, poco a poco, la opción ha ido ganando adeptos. Alemania tiene "claras expectativas" de que los inversores privados soporten algunos de los costes del nuevo paquete griego, señaló en Berlín el portavoz del Ministerio de Finanzas alemán. Peter Bofinger, miembro del consejo de asesores económicos de la canciller Angela Merkel, aseguró a Bloomberg Television que el BCE "puede tener que reconsiderar" su oposición a la reestructuración de la deuda.
De momento, la autoridad monetaria se centra más en las soluciones internas a la grave crisis del país. El economista jefe del BCE, Jürgen Stark, cree que Grecia debe intensificar los esfuerzos reformistas y proceder a un amplio programa de privatizaciones. "Grecia ha aplicado durante decenios una mala política económica y ha vivido por encima de sus posibilidades. Un giro de 180 grados es inevitable y doloroso", destacó en una entrevista al semanario suizo Handelszeitung.
Entretanto, el Gobierno griego sigue adoptando medidas para reducir sus desequilibrios. Hasta 75 organismos públicos se eliminarán o se fusionarán a partir de octubre, según anunció ayer el vicepresidente del Ejecutivo, Teodoros Pangalos. Estos entes reciben subvenciones anuales de 2.700 millones de euros, un ahorro al que habrá que sumarle el de personal, pues los contratos temporales de esas entidades no se renovarán (los funcionarios sí serán reubicados en otros departamentos). El déficit griego cerró 2010 en el 10,5% del PIB. La deuda escalará hasta el 160% del PIB en 2011.
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