Moody's amenaza con otra rebaja
La agencia considera que las tensiones políticas han retrasado las uniones
Segundo aviso de Moody's a las cajas de ahorros. Hace apenas tres semanas, la agencia de calificación urgía a las entidades españolas a fusionarse para blindar su capital, maltrecho por la crisis y el pinchazo inmobiliario. Ahora, advierte de que, si no se salvan "los persistentes retrasos e incertidumbres" en la reestructuración del sector, habrá "presiones sobre los ratings [calificación crediticia] de deuda y depósitos de las entidades con una fortaleza financiera más débil". Queda la amenaza de otra rebaja generalizada de calificaciones a varias cajas españolas, que les haría aún más difícil (y caro) captar dinero en los mercados internacionales.
Moody's ya pasó revista a las entidades españolas en junio, con un resultado desigual: la rebaja de la calificación financiera, que calibra las necesidades de capital de cada entidad, fue brutal, con bajadas de notas muy intensas que afectaron a una treintena de cajas y bancos. Y 20 de ellos, en su inmensa mayoría cajas, se situaron en los escalones más bajos, los que simbolizan una posición débil o serios problemas.
El deterioro de la calificación de las emisiones de deuda a largo plazo, el indicador más seguido por los mercados, fue también generalizado (25 entidades afectadas) pero mucho más suave. Moody's entendía que las prometidas ayudas estatales y los beneficios de los procesos de integración reforzarían la solvencia de esas emisiones. Pero los asuntos del sector bancario van despacio y la agencia desconfía incluso del plazo (el 30 de junio) marcado por el Gobierno y el Banco de España para concluir el proceso de fusiones.
"Lo que anticipábamos es que la fortaleza financiera mejoraría con las ayudas públicas y las fusiones, y eso soportaría las calificaciones de la deuda a largo plazo, pero eso no está ocurriendo", puntualizó ayer María José Mori, analista de Moody's.
El retraso en la aprobación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el instrumento que centraliza las ayudas públicas a las fusiones, fue el primer palo en la rueda. Bruselas dio el visto bueno al fondo en enero, pero obliga a una autorización individualizada para las operaciones en las que las subvenciones superen el 2% de los activos ponderados por riesgo. En esa situación se encuentran uniones como la de Caixa Catalunya, Manresa y Tarragona, que está a expensas de la luz verde de la Comisión. También espera la autorización de Bruselas la absorción de Caja Castilla La Mancha por Cajastur.
Hay más obstáculos: las tensiones políticas han retrasado, cuando no arruinado, proyectos de integración en Andalucía, Castilla y León, Comunidad Valenciana o Galicia. Y la fórmula patrocinada por el Banco de España para sortear esos problemas con fusiones frías que respeten el reparto de poder y la presencia local de cada entidad -los Sistemas Institucionales de Protección (SIP)- también suscita dudas en la agencia.
Los temores se centran precisamente en la veintena de entidades con una situación financiera "débil" o con "serios problemas". "Si no son capaces de reestablecer sus fundamentales crediticios a medio plazo como habíamos previsto, sin emprender reestructuraciones importantes o recibir apoyo público, podrían sufrir presión a la baja en sus calificaciones", avisa. Entre las señaladas, están algunas de las principales cajas, como Caja Madrid, Bancaja, Caixa Galicia o Caixa Catalunya (en la fase final de una fusión).
Moody's tiene en el punto de mira a las entidades españolas desde hace meses. La agencia cree que la práctica extendida entre bancos y cajas de adquirir viviendas impagadas para anular deudas hipotecarias y rebajar así la morosidad se traduce en una ocultación de pérdidas.
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