Méndez y Ferrán exhiben en público las diferencias sobre el diálogo social
El presidente de Cepyme dice que el anterior equipo de CEOE funcionaba mejor
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, mostraron ayer en vivo y en directo las enormes diferencias que existen entre sindicatos y patronal sobre el diálogo social y las dificultades para un acuerdo. Méndez era el invitado en los desayunos del Fórum Nueva Economía y allí estaban para escucharle Díaz Ferrán; el presidente de Cepyme, Jesús Bárcenas; el secretario general de Comisiones Obreras y compañero de fatigas, Ignacio Fernández Toxo, e ilustres asistentes, entre ellos el ministro de Industria, Miguel Sebastián, muchos empresarios de postín, varios políticos y veteranos sindicalistas, como Nicolás Redondo y Antón Saracíbar.
"Ordóñez, en el fondo, refleja cierta impotencia", señala el dirigente sindical
Seguramente por eso se convirtió en un lugar pintiparado para aflorar las discrepancias. Méndez desgranó las posturas de los sindicatos -siempre habló en plural, en sintonía con CC OO- sobre el diálogo social y la negociación colectiva, ambas cuestiones bloqueadas, y las contrastó con los empresarios (con unos, las grandes empresas, más que con otros, las pymes). Y descartó la posibilidad de que los sindicatos vuelvan a aceptar una rebaja generalizada de las cotizaciones sociales (sí en casos concretos) al tiempo que aseguraba no entender cómo la patronal rechazó la propuesta del Gobierno en la que "por primera vez estábamos dispuestos a aceptar una rebaja temporal".
Ante la acechanza de Méndez, Díaz Ferrán se animó a replicar: "¿Tú crees que estamos equivocados los empresarios, el FMI, la OCDE, la Comisión Europea y el comisario Almunia, el Banco de España, el Banco Central Europeo o, incluso, el secretario de Estado de Seguridad Social, cuando reclamamos una reforma laboral?". Méndez le respondió invitándole a otra reflexión: "¿Estaban acertados el FMI o el Banco de España en sus pronósticos sobre la crisis? ¿Por qué van a estar acertados en otras recetas, cuando en su competencia han cometido un error de bulto y nadie les pide cuentas?".
El enfrentamiento originó muecas y sonrisas cómplices en el auditorio. Pero hubo morbo añadido por alguna diferencia entre los dirigentes patronales. El líder de la CEOE intervino después de que lo hubiera hecho el de Cepyme. Bárcenas, que se preguntó sobre la utilidad del diálogo actual, coincidió con Méndez al señalar que "el modelo que teníamos hace dos años era bastante mejor que éste", cuando Díaz Ferrán no dirigía la CEOE. En declaraciones a la prensa, éste lo admitió, pero matizó que entonces no había una crisis como la actual.
En todo caso, Méndez abogó por recuperar "a pleno rendimiento" el proceso bilateral para enmarcar la negociación colectiva los próximos años y por reorientar las políticas activas de empleo e impulsar la formación. Ello permitiría retomar el diálogo social. Pero el escollo principal, a su juicio, está en el incumplimiento de los convenios colectivos por parte de los empresarios, por lo que están convocadas movilizaciones y, si no se cumplen las cláusulas de revisión salarial, convocarán una gran movilización en diciembre. Pero no habló de huelga.
La única reforma que admite Méndez es aquella que suponga creación de empleo y mejora de productividad. En ese punto no podía faltar el ataque (o contraataque) al sector financiero, al que achacó "gran parte de la responsabilidad" de que España salga de la crisis más tarde que el resto de la UE. Por esta razón, exigió que las entidades hagan fluir el crédito hacia las empresas, y añadió que, "si no son capaces de hacer esa reflexión", deberá ser la iniciativa pública quien la haga.
La crítica fue especialmente virulentas contra el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a quien acusó de estar más pendiente de una reforma del mercado laboral que del sector financiero: "A veces tenemos la impresión de que quienes exigen reformas laborales lo hacen para poner el foco en un ámbito distinto al de su responsabilidad". "En el fondo", remachó, "denota cierta impotencia".
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