Japón levanta el vuelo
La economía del gigante asiático sigue dando síntomas de recuperación gracias a la pujanza de su sector exterior
Con un crecimiento del 2,2% en términos reales en 2006, la segunda economía del mundo ofrece nuevamente signos de recuperación. Japón registró en el último trimestre del año un sorprendente avance del 1,3% con respecto al anterior -equivalente a un 5,5% en términos interanuales-, el mayor en en casi tres años y el octavo seguido de expansión. Semejante situación de bonanza, atribuida fundamentalmente al crecimiento de las exportaciones, ha permitido señalar al viceministro de Finanzas, Kazunori Tanaka, que la economía "marcha a buen paso", y a la ministra de Economía, Hiroko Ota, a afirmar que "está intacta" la tendencia de recuperación del gigante asiático.
Los beneficios de empresas como Toyota, Canon y Nissan están alimentando el repunte de la primera economía de Asia
La OCDE opina que el principal desafío al que se enfrenta la economía japonesa es aumentar el gasto de las familias
El avance del producto interior bruto (PIB) de octubre a diciembre pasados es el mayor entre las economías del G-7 (grupo formado por los siete países más industrializados del mundo), aunque fue antecedido por un crecimiento de apenas un 0,1% en el trimestre anterior. Este levantamiento del vuelo se debió principalmente al aumento de las exportaciones, a la recuperación del gasto privado y a la mayor inversión empresarial.
Coincidiendo con la caída a mínimos históricos del yen con respecto al euro, las exportaciones fortalecieron la economía japonesa y favorecieron una mayor actividad en la inversión empresarial en los últimos meses de 2006. En línea con esa tendencia, las exportaciones registraron un alza de un 18,9 % en enero, mes en que el superávit por cuenta corriente de Japón se incrementó un 50%, hasta alcanzar los 7.700 millones de euros. El repunte del sector exterior es consecuencia, principalmente, de la caída de la factura del petróleo y del aumento del 50% de las ventas a China.
"Éste es un reflejo de la solidez de la economía japonesa, impulsada por las exportaciones", explicó Norio Miyagawa, economista del Instituto de Investigación de Shinko, en Tokio. Impulsados por las ventas de automóviles y de productos electrónicos y de acero, los datos de enero confirman la tendencia a la recuperación iniciada hace ocho meses.
Grandes corporaciones
Tras casi una década de deflación y bancarrotas, 2006 fue para Japón el año de la recuperación. Los analistas y el Gobierno atribuyen el despertar a los beneficios de grandes corporaciones tradicionales, como Toyota, Canon, Nissan y Nippon Steel, y a la consolidación de su industria financiera, que ha creado gigantes como Sumitomo Mitsui, el mayor banco del mundo en activos. Para Yoghito Hori, presidente de Globis Capital Partners, firma de capital de riesgo con sede en Tokio, la fuerte base de Japón está en los sectores clave de tecnología e industria, desde la animación digital a la robótica y la nanotecnología.
Entre las principales compañías japonesas se espera un 2007 muy favorable. Toyota prevé un crecimiento de entre el 7% y el 10%, y Canon estima que sus ingresos por ventas en el extranjero aumentarán un 8,7%.
El economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Jean-Philippe Cotis, opina que el principal desafío al que se enfrenta la economía japonesa es aumentar el gasto familiar. Ello conduciría a un crecimiento más equilibrado, pues reduciría la excesiva dependencia de las exportaciones. La debilidad el consumo interno en los últimos años se ha producido en un contexto de estancamiento de los salarios reales.
También el mes de enero ha dado señales de recuperación en este terreno. El gasto familiar medio escaló hasta el equivalente a 1.937 euros, un 1,4% más que en diciembre, y un 0,6% más que el en enero de 2006. Este indicador es muy revelador en Japón, donde el consumo personal equivale al 55 % del PIB.
Un dato preocupante es el de la producción industrial, que registró en enero su mayor baja mensual en casi tres años, un 1,5%. Se trata del primer descenso de ese indicador en los últimos cuatro meses, después de que sus niveles batieran récords a finales de 2006. El motivo principal del resultado negativo de ese indicador fue la menor producción de automóviles por parte de los fabricantes japoneses para el mercado estadounidense.
Por otra parte, el índice de precios corporativos, muy ligado a las tendencias en los precios mayoristas, subió un 1,8% el pasado febrero con relación al mismo mes de 2006, con lo que su crecimiento interanual se desaceleró por quinto mes consecutivo. El avance fue también menor que el 2,2 % de enero, lo que muestra que Japón está abandonando la deflación con lentitud.
El pasado 21 de febrero, el Banco de Japón subió los tipos de interés en un cuarto de punto y los situó en el 0,5%, el nivel más alto en una década, al considerar que la economía del país seguirá encaminada hacia un crecimiento constante con precios al alza y hacia un incremento de los salarios, hecho que impulsaría decisivamente el consumo familiar. El incremento de los tipos fue saludado por el subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Kipsky, quien juzgó que la decisión demuestra que la economía japonesa puede soportar semejante subida.
Para Cotis, de la OCDE, el banco central japonés debería mantener bajas las tasas de interés en espera de que la inflación sea "firmemente positiva". En su último informe, recientemente publicado, la OCDE pronostica un crecimiento del 0,5% tanto para el primero como para el segundo trimestre del presente año y asegura que la deflación todavía persiste. Esa aseveración coincide con la postura del viceministro Tanaka, quien afirma que su país no se encuentra todavía en un escenario de regreso a la inflación. La tasa de interés oficial de Japón se encuentra muy por debajo de la tasa de la zona euro, de un 3,75%, o del 5,25% de EE UU y Reino Unido.
Ha habido cierta tensión entre el Gobierno y el banco. Éste último evitó una confrontación con miembros del Gabinete del primer ministro, Shinzo Abe, cuando el pasado enero mantuvo sin alteraciones los cambios.
La deuda más alta
El Gobierno japonés está centrado en impulsar el crecimiento y frenar la expansión de la mayor deuda pública del mundo, la nipona, equivalente actualmente al 150,2% del PIB, la más alta de los países industrializados, que confía en reducir a finales de este año al 148%, el porcentaje más bajo en una década, mediante un enorme aumento de la recaudación impositiva ante los fuertes beneficios de las empresas. Pese a ese recorte, el endeudamiento estatal japonés seguirá siendo el más elevado de los países industrializados, junto con el de Italia, con un 121%, y frente al de EE UU, con un 62%.
El Gobierno quiere, además, esquivar una desaceleración económica antes de las elecciones locales de abril y al Senado o Cámara Alta, en julio. Yoshihiko Fukui, gobernador del Banco de Japón, reitera que la institución que dirige incrementará gradualmente el precio del dinero si la economía y los precios mantienen, como se espera, su expansión. Fukui ha restado importancia a la reciente volatilidad del mercado financiero por considerarla una corrección saludable.
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