General Motors convoca una reunión con los Gobiernos para el jueves
Los responsables del grupo automovilístico se entrevistarán con los sindicatos un día después
A orillas del lago Michigan, en Detroit, donde está la sede General Motors, ya se han puesto manos a la obra para aclarar el futuro de Opel. Tras dar marcha atrás en su venta a Magna la semana pasada, el gigante estadounidense ha convocado a los gobiernos donde tiene instalaciones a una reunión en Bruselas el próximo jueves, según ha anunciado el presidente aragonés, Marcelino Iglesias. Al día siguiente los responsables del grupo automovilístico se reunirán con los sindicatos.
La renuncia de GM a vender Opel al consorcio formado por el fabricante de componentes austriaco canadiense Magna y al banco público ruso Sberbank la semana pasada cambió radicalmente el escenario que se había trazado durante meses. En él, se contemplaba la reducción de unos 10.500 empleos de un total de 50.000 que componen la plantilla de Opel. De ellos, 900 se suprimirían en la factoría que la filial europea de GM tiene en Figueruelas (Zaragoza), que cuenta con 7.000 trabajadores. Pero el cambio de opinión en Detroit ha dejado todo en el aire.
La incógnita comenzará a resolverse el próximo jueves. Así lo espera el Gobierno aragonés, que espera que en este primer encuentro al que han sido convocados, que tendrá lugar en Bruselas y que estará presidido por el vicepresidente financiero de Opel, Enrico Digirolamo, apenas conocerán las líneas básicas del proyecto de futuro que GM tiene para su filial. Cree el Ejecutivo que lidera Iglesias que será el viernes, fecha en que la empresa se reúna con los representantes de los trabajadores, cuando se conocerán más detalles.
Pese a desconocer los planes de GM, Iglesias ha admitido, a la salida de la inauguración del XII congreso del Instituto de la Empresa Familiar, que se celebra hasta mañana en Zaragoza, que confía en que el cambio de planes beneficie a Figueruelas: "A nosotros siempre nos pareció mejor la propuesta de GM". El político se refería a los planes iniciales del gigante estadounidense. Los que tenía antes de suspender pagos el pasado junio, recibir ayudas públicas del Gobierno de Obama y cambiar la dirección. En ellos contemplaba el cierre de tres plantas en Europa, y pese a suprimir también 900 empleos en Figueruelas, aseguraba su futuro al quedarse en exclusiva con la fabricación del Meriva y el Corsa (ahora lo comparte con la factoría de Eisenach, una de las que GM quería cerrar).
Iglesias, además, ha justificado el cambio de planes de GM: "Era raro la cesión de tecnología a Rusia". Y ha ahondado en la teoría de que las elecciones en Alemania, donde Opel tiene la mitad de su plantilla, jugaron un papel decisivo en el mayor perjuicio de la planta española o las británicas. "Las cosas han vuelto a su cauce", ha concluido.
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