Fiat toma el 20% de Chrysler y la salva de la liquidación
Sergio Marchionne se convierte en el primer ejecutivo de ambas firmas
"Un día para el optimismo". Así se dirigió Sergio Marchionne, máximo responsable de Fiat, a los empleados de Chrysler, en un mensaje de presentación como nuevo consejero delegado. El correo electrónico circuló a los pocos minutos de que se firmaran en Nueva York los papeles que dan vida a la nueva Chrysler, de la que Fiat controlará un 20%. Ahora, dice Marchionne, toca demostrar que la alianza puede funcionar.
El Tribunal Supremo estadounidense rechazó el martes definitivamente -un día después de haber suspendido la operación de forma provisional- las objeciones de los inversores más díscolos, un fondo de pensiones del Estado de Indiana. Allanó así el camino para que la nueva Chrysler pueda emerger de la suspensión de pagos y afronte el futuro con el soporte italiano.
El proceso de reorganización apenas ha durado 40 días en los tribunales. La Administración Obama ha respaldado la alianza entre Fiat y Chrysler. El Gobierno vio en el acuerdo entre ambas firmas la alternativa para evitar la liquidación del tercer fabricante de EE UU (tras General Motors y Ford). Esta celeridad es la que se quiere emular ahora en GM, en suspensión de pagos desde la semana pasada.
Según el acuerdo, Fiat facilitará a Chrysler la tecnología para desarrollar vehículos más pequeños y ofrece su red de distribución internacional. A cambio recibirá una participación del 20% de la nueva Chrysler, que podrán elevar al 35% si cumple ciertas condiciones de eficiencia energética. Si además devuelven las ayudas públicas, podrán hacerse con el 51%.
Junto a Sergio Marchionne, estará Robert Kidder. Este último, al frente de un consejo de administración en el que Fiat ocupará tres asientos; el Gobierno estadounidense cuatro y uno el canadiense. El noveno integrante del directorio será un representante de los empleados, que en esta fase inicial controlarán el 55% del capital de la nueva Chrysler.
Fiat no sólo saca a Chrysler de la suspensión de pagos. Además, la firma italiana pondrá sus utilitarios en el mayor mercado del mundo, donde ya está presente con las marcas de deportivos Ferrari y Maserati.
"Esta alianza debe ser constructiva y un paso importante para resolver los problemas que impactan en nuestra industria", remachó Marchionne. El ejecutivo italiano reconoce que el reto que tienen ante sí será difícil. Pero dijo que están listos para demostrar "al consumidor americano que Chrysler puede ser otra vez una compañía fuerte y competitiva".
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