La CEOE acusa al Gobierno de no ser árbitro sino "forofo" de los sindicatos
Díaz Ferrán propone negociar "sin líneas rojas" y el Ejecutivo lo rechaza
La patronal no quiere cargar con el sambenito de ser la responsable del fracaso del diálogo social. Ayer, su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, con el aval unánime logrado en la junta directiva extraordinaria de la CEOE, cargó contra el Gobierno, que le responsabiliza de causar la ruptura del diálogo social. "No nos hemos levantado de la mesa. Ha sido el Gobierno. Nos hemos quedado solos", afirmó.
La tesis patronal dice que ellos estaban dispuestos a negociar sin límites: ni en el tiempo ni en los temas. Pero la negativa de los sindicatos a hablar de reforma laboral, secundada por el Gobierno, fue un obstáculo imposible de superar. "No ha habido un árbitro [en las negociaciones]. El poder era forofo de un equipo", afirmó Santiago Herrero, vicepresidente de la CEOE, palabras suscritas por Díaz Ferrán.
La patronal respalda de forma unánime la actitud de su presidente
El PSOE dice que los empresarios querían 20.000 millones del Estado
La reforma laboral, o el compromiso de negociarla en septiembre, era la condición sine qua non para la CEOE. Contaron ayer sus responsables que nunca habían renunciado a plantearla. No obstante, en la última ronda de negociaciones el asunto no apareció hasta bien avanzadas las conversaciones. La versión empresarial contradice la de sindicatos y Gobierno, que afirma que al plantear esta ronda (en mayo) se acordó que se abordarían temas asumibles por todos. "Estamos ante una persona sin palabra", acusó ayer Toni Ferrer, de UGT, en referencia a Díaz Ferrán.
La reforma del mercado de trabajo era el asunto más importante para los empresarios, afirmaron ayer. Además, negaron que su prioridad fuera rebajar cuotas sociales, pese a que llegaron a detallar el margen que creían tiene la Seguridad Social (15.300 millones) y en las reuniones con el Ejecutivo insinuaran el límite hasta el que estaban dispuestos a ceder.
Sobre estas bases, en especial la reforma laboral, la CEOE propone ahora volver negociar en septiembre. "Sin líneas rojas ni perímetros", advirtió Díaz Ferrán. Y profetizó un mayor desastre que el actual para el mercado laboral de no adoptarse sus propuestas: "El paro va a seguir subiendo a cuotas que nunca hemos visto si no se acometen reformas".
Pero el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, había respondido antes: "Si algún día se sientan en la mesa, que sea para buscar un mínimo común denominador y no partir de posiciones irrenunciables. Eso ha hecho imposible el diálogo". Horas después reforzó estas palabras el secretario de Estado de la Seguridad Social. "El acuerdo será imposible porque nunca vamos a aceptar esta base de la discusión", zanjó Octavio Granado, de quien Díaz Ferrán había dicho que era partidario de la reforma laboral. "Estas declaraciones son otra carga de profundidad contra el diálogo social", añadió, para concluir pidiendo a la patronal que "deje de enredar y busque una forma de arreglar lo que ha estropeado".
En la misma línea se expresó el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, José Antonio Alonso, que afirmó que, si Díaz Ferrán quiere diálogo, "tendrá que proponer medidas razonables", informa Anabel Díez. Alonso criticó a la CEOE por querer "despojar las arcas del Estado de más de 20.000 millones".
Otro punto en el que Díaz Ferrán puso énfasis es el de defender la legitimidad y representatividad de su organización. "CEOE y Cepyme representan a todas las empresas del país, desde la más pequeña a la más grande". En este punto, el responsable de la patronal encontró el apoyo del BBVA. "Somos parte de CEOE", sentenció el consejero delegado del banco, José Ignacio Goirigolzarri.
Al mismo tiempo, Díaz Ferrán defendía su unidad con Cepyme, la organización de las pymes. "Cepyme está dentro de CEOE", afirmó tras abrazarse con Jesús Bárcenas, presidente de Cepyme. Intentaban restañar las desavenencias públicas de días atrás, cuando Bárcenas afirmó que el Gobierno ponía "toda la carne en el asador" para lograr un acuerdo.
El responsable de la patronal también se defendió de las acusaciones de connivencia con el PP. Para él, son unos demagogos quienes ponen en duda su "independencia y su autonomía".
Por otra parte, ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aseguró estar dispuesta a telefonear a José Luis Rodríguez Zapatero para pedirle disculpas si se siente ofendido por haberle llamado ayer "sindicalista retrógrado".
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