El Bundesbank pone ahora condiciones para el crédito al FMI
Weidmann asegura que los países de fuera del euro también debe comprometerse en ayudar a los países del euro y vuelve a rechazar los eurobonos
Alemania insiste en decir 'no' a todo que no sea apretarse el cinturón. El presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Jens Weidmann, ha reiterado su oposición a que el instituto emisor europeo lleve a cabo compras masivas de deuda pública o a la emisión de eurobonos, nada nuevo, pero sí ha sembrado algunas dudas sobre una de las medidas que sí se avanzó en la pasada cumbre europea. Según defiende, el banco central alemán únicamente proporcionaría más recursos al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que este preste ayuda a la eurozona si otros países fuera del Viejo Continente también incrementan su contribución.
Esta medida fue uno de los avances concretos y claros que salieron del Consejo Europeo del viernes. Según plantearon los países de la UE, se llegó a un acuerdo para prestar 200.000 millones al FMI con vistas a reforzar la capacidad de acción del organismo en caso de que algún otro socio de la divisa europea necesita ayuda. A Alemania le correspondería aportar unos 45.000 millones de los 150.000 millones que tienen que venir de la eurozona y, hasta ahora, se había mostrado a favor de poner su parte.
La demanda de que más compras por parte del BCE "es como cuando un alcohólico suplica por una última copa esta noche"
"Si, por ejemplo, EEUU y otros donantes importantes deciden no participar, entonces, desde nuestro punto de vista, sería algo incómodamente cercano a la financiación estatal, esta es la razón por la que son tan importantes las condiciones que hemos formulado y, si estas no se cumplen, entonces no daremos nuestra autorización a esas líneas de crédito", explicó durante una cena con la prensa en la sede del banco central alemán.
En cuanto a la compra masivas por parte del BCE, Weidmann recordó que su mandato le previene respecto a embarcarse en programas para financiar a Estados. Y la experiencia adquirida demuestra que esto provoca inflación, añadió. "Creo que la idea de que uno puede ganarse la confianza vulnerando las normas es asombrosa", dijo el presidente del Bundesbank.
En este sentido, Weidmann, que está siguiendo la línea dura de su antecesor, Axel Weber, al frente del Bundesbank, destacó que los acuerdos alcanzados la semana pasada por los líderes europeos "van en la dirección correcta", aunque dijo "no compartir el razonamiento" que respalda la expectativa de que como resultado el BCE sobrepase los límites de su mandato. De hecho, el banquero alemán comparó las demandas de una mayor intervención del BCE a las promesas de un alcohólico. "Es como cuando un alcohólico suplica por una última copa esta noche", indicó.
"A partir de mañana estaré sobrio y cumpliré las reglas, pero necesito la botella esta noche. No creo que sea sensato dar al alcohólico la botella, puesto que no tendrá incentivos para resolver el problema", explicó.
En cualquier caso, el presidente del Bundesbank descartó cualquier probabilidad de ruptura del euro y tachó de "absurdas" las hipótesis de algunos "nostálicos" respecto a un posible retorno al marco alemán. "Quiero dejar claro, en caso de que alguien se sienta nostágico, que pensar en el regreso del marco alemán es totalmente absurdo (...) No hay planes en este sentido (...) trabajamos para lograr un euro más estable. No hay 'plan B'", añadió. Pese a esta defensa de la divisa europea, la insistencia de las autoridades alemanes por sembrar las dudas sobre el acuerdo de Bruselas en todo lo que vaya más allá de la unión fiscal ha llevado al euro a mínimos desde enero (1,29 dólares), lo que paradójicamente beneficia a su economía en tanto en cuanto abarata sus exportaciones.
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