Bruselas defiende que las telefónicas separen la red de los servicios
La Comisión Europea aprobó ayer un drástico plan de reforma de las telecomunicaciones en busca de un auténtico mercado único continental. El cambio da autoridad a los reguladores nacionales para que dividan las capacidades de los operadores de sus países en red y en servicios. También crea un regulador paneuropeo que vigile y coordine a los reguladores nacionales. Para el consumidor, las novedades se traducirán, entre otras cosas en un mayor acceso a la banda ancha y en el poder cambiar de compañía en un solo día laborable.
"A partir de hoy, el mercado único sin fronteras para los operadores de telefonía y los consumidores ha dejado de ser un sueño", dijo Viviane Reding, comisaria de Competencia.
La reforma entra ahora en un proceso de debate y reajuste comunitario que en el mejor de los casos hará que sea efectivo a partir de 2010.
Lo que la Comisión propone es dar a los reguladores nacionales (la CMT en España) la capacidad de forzar a los compañías nacionales (Telefónica en España) a abrir sus líneas fijas a la competencia y a separar la red propiamente dicha de los servicios que por ella circulan.
Algunas compañías nacionales con larga historia y de países grandes, como la propia Telefónica, Deustche Telekom o France Télécom han manifestado su desacuerdo con esta medida, arguyendo que desincentivará las inversiones. La tesis contraria es mantenida por compañías de menor calado, que ahora tendrá un mejor acceso a la red.
La Comisión pretende también crear una nueva Autoridad Europea del Mercado de las Telecomunicaciones formada por la actuación colegiada de los actuales 27 reguladores nacionales.
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