Bruselas avisa a Grecia de que sigue "muy de cerca" su plan de ajuste
Atenas explicará mañana las operaciones que le permitieron camuflar la deuda
La Comisión Europea reiteró ayer que dispone de los medios para poner en marcha un plan de rescate a Grecia y evitar que entre en una situación de insolvencia que tendría efectos desestabilizadores muy graves para la moneda única. "Tenemos los medios y los instrumentos necesarios para salvaguardar la estabilidad financiera de la eurozona", manifestó ayer el portavoz de asuntos Económicos y Monetarios, Amadeu Altafaj. En la misma declaración advirtió, no obstante, de que la Comisión va a seguir "muy de cerca y de manera regular las medidas propuestas por el Gobierno griego y su impacto presupuestario".
La política económica griega, especialmente la presupuestaria, ha quedado sometida a un estricto control por parte de la Unión Europea desde el pasado martes en que los ministros de Economía de los Veintisiete impusieron a Atenas un estricto plan de recorte del déficit público y profundas reformas estructurales sin precedentes en la UE. El Consejo efectuará el primer examen sobre el cumplimiento de las medidas prometidas por las autoridades griegas el próximo 16 de marzo.
Eurostat, el BCE y el FMI evaluarán las medidas anunciadas por Papandreu
La Comisión sólo concedería un rescate si previamente Grecia pone en marcha el severo ajuste comprometido que deberá rebajar el déficit desde el 12,7% al 8,7%. El mensaje de Bruselas consiste en convencer a las autoridades griegas de que si no prueban que tienen capacidad para realizar un ajuste serio, de nada servirían las ayudas por cuantiosas que fueran, ya que serían devoradas por los mercados.
De todas formas hay que subrayar que hasta la fecha Grecia no ha realizado ninguna petición explícita de ayuda, tal como señaló el primer ministro griego Yorgos Papandreu, en la pasada cumbre y ratificaron los jefes de Estado y de Gobierno.
Para comprobar la eficiencia de las medidas de recorte de gasto y aumento de la recaudación prometidas por Atenas, una delegación integrada por funcionarios de Eurostat -la oficina estadística de la Comisión-, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene previsto desplazarse a Bruselas en los próximos días.
Además de la dificultad de las autoridades para reducir el déficit, Bruselas teme también por el impacto de la caída de la actividad económica, que fue del 0,8% en el cuarto trimestre de 2009. Grecia se encuentra la espada y la pared. Estallido social por recortes del gasto público y presión de los mercados por el déficit, que agrava el riesgo de incumplir los pagos de la deuda. Durante el pasado ejercicio Grecia se resistió a reducir el gasto, alegando que debía concentrar sus esfuerzos en reactivar su economía, fuertemente castigada por la crisis. En este sentido el portavoz europeo de Asuntos Económicos señaló: "No es posible mantener un crecimiento sostenible ni garantías de avance de empleo adecuados si aumenta de forma desproporcionada el gasto público".
En el marco de la estrecha vigilancia a la que está sometido, el Gobierno heleno deberá presentar mañana como muy tarde una explicación del uso de productos derivados a partir de 2001 que le permitieron camuflar deuda. Según han informado varias publicaciones (Der Spiegel, Risk Magazine y The New York Times), el Gobierno pudo pedir un préstamo de 1.000 millones de euros en 2002, sin inscribirlo en las cuentas del ejercicio. La operación la facilitó el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs.
Este artificio contable, considerado legal por varios expertos, permitió a Grecia cumplir con las exigencias del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la zona euro. Grecia había adoptado la moneda única en enero de 2001. Un alto responsable de las finanzas griegas quitó relevancia a este asunto señalando que su impacto en el déficit era sólo del 0,15%, irrelevante ante el 12,7% que soporta el país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.