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Botín rechaza la "recapitalización indiscriminada" de la banca europea

El presidente del Santander teme una "espiral imparable" si se duda de la deuda - Francia y Alemania elevan el fondo de rescate hasta los 2 billones

Miguel Jiménez

La banca española se opone de lleno a los planes europeos de recapitalización de la banca que toman en cuenta la exposición a la deuda soberana no solo de Grecia, sino también del resto de países periféricos. Ayer fue Emilio Botín, presidente del Banco Santander, el que alzó la voz para denunciar que no tiene "ningún sentido" forzar "una recapitaliza-ción indiscriminada de la banca europea sin resolver antes el problema de la deuda pública".

Botín pronunció esas palabras en la IV Conferencia Internacional de Banca organizada por el Santander. En el acto, cerrado a la prensa, estaba presente Andrea Enria, el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), el organismo que se ha convertido en objeto de las iras de la banca española. La EBA ha diseñado como un criterio para medir las necesidades de capital de la gran banca un recorte en la valoración de la deuda soberana de los países periféricos que, en el caso extremo, sería del 60% para Grecia, del 40% para Irlanda y Portugal y del 20% para España e Italia.

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Según Botín, "poner en duda de forma generalizada la sostenibilidad de la deuda pública o del sistema financiero europeo puede llevarnos a una espiral imparable de crisis soberanas y crisis bancarias". El presidente del primer banco de la zona euro admite que es posible que algunas entidades muy afectadas por la crisis griega o de los mercados requieran más capital, pero el plan de una "recapitalización indiscriminada" crea "inseguridad y confusión", "aumenta la incertidumbre en los mercados" y "producirá una contracción del crédito".

Esa posición la comparten las demás grandes entidades españolas. El presidente del Banco Popular, Ángel Ron, lo ha advertido expresamente. Bankia y La Caixa también rechazan esos planes, aunque no se han pronunciado públicamente. Rafael Doménech, economista jefe para economías desarrolladas de BBVA Research, ve estas propuestas "extremadamente peligrosas". En su opinión, se está traicionando el mensaje de la cumbre europea de julio, que decía que el caso de Grecia era excepcional y el resto de los países, incluidos Portugal e Irlanda, cumplirían sus obligaciones.

Si la EBA admite un recorte de general de valoración de la deuda como criterio para exigir capital, "se estaría difuminando el cortafuegos" que la UE quería establecer. "El mensaje es que los demás países periféricos son cualitativamente como Grecia y solo cuantitativamente distintos. No solo estamos evitando el contagio sino que lo estamos extendiendo", asegura Doménech.

Las entidades españolas creen que tratar como problemática la deuda española incentivaría que se comprase más deuda alemana y menos española, aumentando la prima de riesgo y agravando los problemas de crédito, con efectos funestos sobre la economía.

Aunque la decisión final dependerá de las reuniones de ministros de Economía y de jefes de Estado y de Gobierno de este fin de semana, las autoridades europeas mantienen sus planes. Así se desprendió de la intervención en la conferencia del propio presidente de la EBA, que no quiso precisar ningún dato al respecto pese a las preguntas de los asistentes. El comisario europeo para Asuntos Económicos, Olli Rehn, también insistió en ello. El plan de recapitalización, dijo, es necesario para "romper el círculo vicioso entre los problemas de deuda soberana y la fragilidad del sistema financiero". "Los principales elementos de este plan son una valoración prudente de toda la deuda soberana, un mayor ratio de capital de alta calidad y plazos ambiciosos", añadió.

La propuesta que parece imponerse es exigir un capital de alta calidad del 9% más un colchón -por definir- para hacer frente a la exposición a la deuda soberana. La EBA ha sido muy criticada porque en las pruebas de resistencia de julio no tomó en cuenta un posible impago de Grecia pese a que ya se estaba hablando de la participación privada en el rescate y ahora, en un efecto péndulo, se ha ido al otro extremo. Las pruebas de julio, además, no midieron bien la calidad de los activos de algunas entidades, como Dexia, que ha sido rescatada pese a sacar un sobresaliente en las pruebas.

En opinión de Botín, "la prioridad debe ser resolver la crisis de la deuda soberana". "Hay que atacar la raíz del problema", dijo.

En ese sentido, Francia y Alemania ultiman un acuerdo para permitir que el fondo de rescate se pueda apalancar para alcanzar ayudas de hasta 2 billones de euros. Los líderes de la eurozona se plantean aprobar en la cumbre de este domingo que el fondo, con una dotación inicial de 440.000 millones, se use para avalar parcialmente futuras emisiones de España e Italia, y cortar así el riesgo de contagio de un impago de Grecia. En paralelo, Bruselas negocia con la banca una quita de hasta el 50% de la deuda griega, pero rechaza la idea alemana de que una misión permanente supervise los ajustes en Atenas.

Botín también reclamó "frenar el tren regulatorio", pues el exceso de regulación puede "poner en peligro la recuperación de la economía mundial".

Emilio Botín, ayer en la IV Conferencia Internacional de Banca, en Boadilla (Madrid).
Emilio Botín, ayer en la IV Conferencia Internacional de Banca, en Boadilla (Madrid).ÁNGEL DÍAZ (EFE)

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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