ArcelorMittal regulará empleo para bajar un 50% la producción de acero
- La multinacional cierra temporalmente uno de los dos altos hornos de Gijón - El ajuste de plantilla durará un año y afectará a 16 comunidades autónomas
La multinacional siderúrgica ArcelorMittal reducirá la producción de acero en España al 50% con el cierre temporal, a partir de mediados de mayo, de uno de los dos únicos hornos altos con que cuenta el país, ambos en Gijón (Asturias), y la paralización de otras instalaciones en Asturias, País Vasco, Comunidad Valenciana y Madrid. La compañía, líder mundial siderúrgica, afronta así un proceso de ajuste ante el agravamiento de la crisis económica. En Europa, donde ArcelorMittal ya tiene paradas por la caída de la demanda un tercio de sus instalaciones, también reducirá la producción a la mitad.
ArcelorMittal, que cuenta con 12.500 empleos directos en España, de los cuales la mitad (6.250) se localizan en Asturias, anunció ayer la inminente presentación de un expediente de regulación de empleo que afectará, de forma flexible y dinámica, según la evolución del mercado, a un volumen de empleo no precisado de sus factorías en 16 comunidades autónomas durante un periodo máximo de un año. La compañía descarta que vaya a recurrir a despidos.
El grupo emplea a 12.000 personas en toda España, la mitad en Asturias En el resto de la UE ya se había cerrado al menos un horno alto por país
Aunque la empresa no ha precisado el volumen de personal que será regulado, semanas atrás se había barajado -sólo para el caso de Asturias- una cifra de un millar de personas, la sexta parte de la plantilla en la comunidad. Sin embargo, la incidencia del cierre de uno de los dos hornos altos (que emplean a 290 trabajadores) puede acarrear un mayor coste laboral. El grupo da empleo en el Principado (donde se localizan sus principales factorías y las instalaciones de cabecera, que nutren a todas las demás) a otros 2.800 trabajadores más, pertenecientes a 42 empresas subcontratadas, que también podrían verse afectados por la reducción de la actividad.
La crisis económica, "más larga y profunda de lo que se había previsto", ha castigado a los tres principales clientes de la siderúrgica en España: el automóvil, la edificación y los bienes de equipo, según señaló ayer en La Granda (Asturias) Gonzalo Urquijo, vicepresidente de la división de productos planos de la multinacional y único español en la alta dirección de ArcelorMittal.
Como consecuencia de la caída de la demanda, y de que muchos clientes han optado por aligerar sus stocks de productos siderúrgicos, la cartera de pedidos de ArcelorMittal está actualmente al 50%, y se ha situado un 40% por debajo de la de 2007.
La parada, por un plazo de tiempo no precisado, de uno de los dos hornos altos de Gijón (los únicos existentes en España) supondrá la reducción de la producción siderúrgica española a la mitad. El año pasado las factorías asturianas de ArcelorMittal (la única siderúrgica integral existente en el país) produjo cuatro millones de toneladas, un 5% menos que en 2007.
Hasta ahora España era el único país europeo en el que la multinacional no había parado ningún horno alto, según Urquijo. En las demás fábricas europeas ya se había cerrado al menos uno, para ajustar la oferta a la caída de la demanda de acero, y en dos plantas de la multinacional (Lieja y Lorena) se habían clausurado todos. La competitividad de los hornos asturianos, por haber sido recientemente modernizados y por ser los más próximos al mar con que cuenta la siderúrgica, les había eximido hasta ahora de recortes.
De los 25 hornos altos de que dispone en Europa la compañía, propiedad de la familia Mittal, 10 ya habían sido paralizados y ahora pararán otros cuatro (entre ellos, uno de los dos de Asturias), con lo que sólo permanecerán activos 11, lo que supondrá reducir la producción de acero en el continente en el 50%.
En Asturias también cerrará temporalmente una planta de sinterización de Gijón, dos baterías de coque de Avilés y el tren de alambrón se mantendrá al 25% de su capacidad. Galvanizado y pintado ya habían sido paralizadas previamente. Por el contrario, la crisis no afecta de momento a la planta de hojalata (mantiene una actividad superior al 85%), chapa gruesa y carril (ésta sigue al 100% de su capacidad).
En el País Vasco, ArcelorMittal parará un tren reversible de hojalata en Etxebarri, y mantendrá al 50% de su capacidad la acería compacta de Sestao (ACB). A ello se suma el cierre ya anunciado fechas atrás de la acería de Bergara para concentrar la producción en la de Zumárraga. En la Comunidad Valenciana se parará la instalación de electrocincado. Y en la Comunidad de Madrid, la planta de Villaverde. Además de las plantas de producción, hay 34 centros de distribución en España.
Urquijo sostuvo que la compañía aspira a que los planes de cierres temporales y regulaciones de empleo sean lo más breves posible y que el ERE que se pretende poner en marcha se aplicará de forma "flexible", de forma que las instalaciones afectadas puedan reabrirse y volver a cerrarse, según la evolución de la demanda. "No queremos perder cuota de mercado ni clientes", sostuvo el directivo.
En el caso del horno alto, que es la instalación más sensible de la siderurgia y la que incorpora más riesgos y costes en caso de apagado, su parada, que tendrá un coste de medio millón de euros para la empresa, se hará garantizando su mantenimiento con el fin de reactivarlo en caso de repunte del mercado. Según ArcelorMittal, el llamado horno B de Gijón podrá ponerse a pleno rendimiento en 21 días.
Urquijo aseguró que ArcelorMittal negocia con la caja vizcaína BBK para que permanezca como socio de la acería compacta de Sestao, de la que Arcelor posee el 80%; BBK, el 10% y el Gobierno vasco, otro 10% a través de la sociedad pública Socade. BBK anunció anteayer que ejercerá su opción de venta a Arcelor del 10% de la ACB por discrepancia con la gestión que realiza la multinacional en esta planta.
El mal recuerdo de la reconversión
Nunca Asturias había asistido a una parada de instalaciones siderúrgicas por causas económicas y de mercado desde las duras reconversiones industriales de los años ochenta y primeros noventa. Entonces la siderurgia asturiana ocupaba de forma directa a 26.000 trabajadores en la antigua Ensidesa. Desde que se desmantelaron los altos hornos de Avilés y se cerraron las antiguas plantas de fabricación de acero de Mieres y Langreo, las únicas paradas de los altos hornos se habían producido por causas técnicas, por ampliación de la capacidad o revisiones y restauraciones periódicas.
Por eso, la confirmación del cierre temporal de uno de los dos altos hornos de Asturias y de España por la caída de la demanda era una noticia temida en una región que apenas hace unos años logró recuperar los más de 100.000 empleos netos que destruyeron las reconversiones simultáneas del acero, la minería de carbón, los astilleros, las fábricas de armas y otros sectores básicos de su tejido, y que por ello aún vive bajo la tenaza psicológica del miedo a los cierres fabriles.
Asturias ha conservado su tradición siderúrgica desde el siglo XIX, y aún hoy su economía depende de forma muy relevante de la producción de acero. ArcelorMittal supone el 12% del producto interior bruto (PIB) de la comunidad y es el mayor empleador de la región, sólo por detrás de la Administración autónoma. ArcelorMittal ocupa en sus instalaciones a 9.050 operarios (6.250 empleados propios y 2.800 en régimen de subcontrata). Además, se estima en otros 28.000 los puestos de trabajo inducidos por Arcelor en Asturias.
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