AENA se abre al capital privado en un mal momento para los mercados
El ente público mantendrá la mayoría del control en la nueva gestión aeroportuaria
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha abierta la puerta al capital privado para ayudar a cuadrar las cuentas de AENA, el ente que gestiona los aeropuertos españoles y que acumula un déficit de 15.000 millones de euros. Además, sólo nueve de las 48 instalaciones tienen beneficios (ver cuadro). Esta invitación a la empresa privada es limitada, excluye la gestión y se produce en un contexto complicado para los mercados financieros.
El plan, que aún tiene que acabar de perfilarse en una ley, implicará separar Navegación Aérea de la gestión de los aeropuertos, que asumirá la nueva AENA Aeropuertos. Esta matriz dejará en manos de la empresa privada un máximo del 30% del capital. Luego, en los consejos de administración de los aeropuertos individuales, el Estado mantiene el 51% de los derechos políticos, las comunidades autónomas, entes locales y cámaras de comercio tendrán el 39% y la empresa privada el 10%.
El diseño ha decepcionado a los gestores privados en tanto que el plan no les entrega los mandos de la gestión y que la presencia en el capital se ciñe a menos de una tercera parte, según fuentes del sector. Gregorio Izquierdo, director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), cree que "no se puede hablar de privatización parcial". A su juicio, "puede haber capital interesado porque los aeropuertos pueden ser un negocio, pero ahora no es fácil para captar financiación y el Gobierno tendrá que ofrecer buenos incentivos, ya que la expectativa de rentabilidad es menor sin los criterios de la gestión privada". "Lo que se va a hacer es una reestructuración administrativa, no hay una liberalización que serviría para lograr recursos", agrega.
Tampoco los aeropuertos competirán entre sí con este sistema, según opina el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, Germà Bel, quien defiende precisamente que los aeródromos españoles se gestionen "de forma independiente, autónoma, y compitan" para que cada uno saque el máximo rendimiento y en función de sus intereses específicos. Tanto Bel como otros expertos llaman también la atención sobre la abundancia de pequeños aeródromos con escasa actividad que tenían alternativas cercanas antes de existir.
El PP, en principio, apoyará el nuevo sistema de Blanco, pero no ahorra críticas a la gestión de AENA que, recalca, "debe ser más eficiente", dice el portavoz popular en Fomento, Andrés Ayala.
Dentro de la campaña para mejorar las cifras de AENA, el Gobierno ha abierto también el frente de los controladores aéreos para reducir costes y aprobó ayer un real decreto ley de eficacia inmediata por el que AENA se arroga la capacidad de organizar el trabajo de los controladores aéreos y cambia las condiciones del convenio colectivo. La aplicación de las nuevas medidas puede suponer una rebaja de sueldo del 40% para los controladores (de unos 340.000 a 200.000 euros anuales). La decisión del Ejecutivo fue recurrida por los controladores, pero la Audiencia Nacional ha avalado a AENA.
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