El auge de los fondos de inversión ultraespecializados
Violines, vino, arte... el desarrollo de la industria permite invertir en casi todo
La industria de la inversión colectiva ha desarrollado en los últimos años productos ultraespecializados, bien por la estrategia de inversión que utilizan, bien por los activos en los que invierten. Estos fondos suelen tener la ventaja de su baja correlación con los mercados. La contrapartida es su menor liquidez, la inversión mínima requerida, su registro en paraísos fiscales o su talibanismo a la hora de seleccionar los activos. Éstos son algunos ejemplos de fondos exóticos:
- Réditos celestiales. Unir rentabilidad terrenal y la acumulación de méritos para asegurarse la vida eterna es posible. La industria de la inversión colectiva, sobre todo en EE UU, ha descubierto un jugoso nicho de mercado al relacionar inversión y moral. En los últimos años se han diseñado productos que, además de buscar la mayor rentabilidad, aseguran cumplir determinados preceptos religiosos. En el escaparate ya hay fondos para católicos, musulmanes, presbiterianos, menonitas o evangélicos.
Hay fondos viciosos especializados en los sectores de armas y bebidas alcohólicas
Otros fondos ofrecen réditos celestiales para católicos y para musulmanes
Entre los fondos católicos destaca el Ave María Catholic Values Fund cuyo público objetivo son los más de 600.000 ultracatólicos que viven en EE UU. Este fondo sigue a rajatabla los mandatos de la Iglesia "católica, apostólica y romana". Esta estrategia ha llevado a sus gestores a desinvertir en compañías que han aprobado beneficios sociales para empleados que son pareja aunque no estén casados ( Eli Lilly, Pepsi), o a negarse a entrar en el capital de AOL porque "distribuye pornografía a través de Internet", o en Disney porque donó dinero a una organización de planificación familiar, o en Pzifer por producir anticonceptivos.
En el caso de los musulmanes que deseen invertir conforme a las leyes del Corán también tienen a su disposición un amplio escaparate de fondos temáticos. La doctrina de Alá prohíbe recibir o cobrar intereses, lo que significa que bancos, aseguradoras y servicios de inversión quedan al margen de las carteras de estos fondos (lo que ha beneficiado a sus partícipes en la crisis financiera). Tampoco invertirán en compañías que distribuyan alcohol, tabaco, cerdo o que comercien con pornografía. Uno de los pioneros en la inversión conforme a la shariah es el Amana Income Fund, cuyas apuestas sectoriales favoritas son petróleo y farmacia.
- Vicio a prueba de crisis. Aquellos que no crean mucho en el paraíso y les guste lo políticamente incorrecto también tienen su producto: el Vice Fund. Este fondo centra su estrategia en todo aquello que rechazan los gestores religiosos, es decir, tabaqueras, industria del sexo, productores de bebidas alcohólicas, gestoras de casinos, etcétera.
Los valores que más pesan en su cartera son Philip Morris, British American Tobacco, Lorillard y Altria (tabaco);
Carlsberg, SABMiller y Diageo (bebidas), y
Lockheed Martin y Raytheon (defensa). Los expertos catalogan el Vice Fund como un fondo de carácter defensivo. O dicho de otra forma, los consumidores pecan incluso durante las crisis.
- El negocio verde. Las propuestas medioambientales, o, mejor dicho, las estrategias que tratan de sacar tajada de la lucha contra el cambio climático, han proliferado en el escaparate de los fondos de inversión. Su objetivo es invertir en empresas que se beneficiarán de las ayudas a los biocombustibles, el desarrollo del coche eléctrico, el crecimiento de la industria termosolar, el tratamiento de aguas para el consumo humano, etcétera. Algunas de las principales gestoras del fondo del mundo, como
DWS, ING, HSBC o Schroders, ya han lanzado fondos con esta estrategia verde.
- Notas millonarias. ¿Quiere una inversión segura? Invierta en violas, violines o chelos. Y si están hechos por lutieres de los siglos XVII y XVIII como el italiano Antonio Stradivari, el rédito está casi asegurado. Ahí van unos datos: los precios de los instrumentos más buscados han subido hasta un 12% anual en la última década; ajustada a la inflación, la rentabilidad promedio de las ventas de violines fue del 4,3% anual durante el periodo 1890-2005.
"Siempre hay demanda de instrumentos. Los grandes músicos deben tocar con piezas de primera calidad", explicó a Bloomberg Anthony Finley, director del Artist Rare Instrument Fund. Este fondo está aún en fase de suscripción, aspira a captar 100 millones de dólares, e invertirá en piezas valoradas entre el millón y los 10 millones de dólares. En diciembre, y tras captar 40 millones, ya se lanzó con éxito el Fine Violins Fund, promovido por Françoise Mann Quirici, ex ejecutivo del banco de inversión Lazard.
"El fondo podrá comprar o tomar participaciones mayoritarias en instrumentos que son propiedad de músicos renombrados. Los artistas seguirán tocando los instrumentos, y su prestigio podría aumentar a la larga el valor de los violines", según Finley.
- Caldos de culto. Una de las alternativas de inversión que gana adeptos es la apuesta por los fondos que invierten en vino. Este tipo de vehículos de inversión bien toman posiciones en compañías vinícolas, bien pueden adquirir directamente caldos de gran calidad, sobre todo de los grandes productores de Burdeos y Borgoña. Algunos de los fondos más conocidos son The Vintage Wine Fund, AWM Fine Wine Fund o el Vinum Fine Wine Fund.
El negocio del vino no ha sido ajeno a la crisis económica. De hecho, el Liv-Ex 100, índice que cotizan los vinos más caros del mundo, cayó un 22% entre septiembre y diciembre de 2008. Desde entonces acumula una subida del 4,45%. A pesar de este traspié, los datos apuntan rentabilidades atractivas. Según los gestores de este tipo de fondos, a largo plazo una buena cartera de vinos que reúna determinadas cualidades debería proporcionar unas ganancias de entre el 10% y el 12% al año, según Ahorro Corporación. En los últimos 20 años, el vino de calidad ha tenido un mejor comportamiento que muchos índices de renta fija y variable, entre ellos el Dow Jones.
- Invertir con arte. El precio del arte ha caído entre un 20% y un 40% desde sus máximos de 2008. En este contexto, algunos expertos sugieren que quizá es un buen momento para empezar a comprar piezas artísticas.Los fondos que invierten en arte se han caracterizado por su exclusivismo, es decir, requieren un mínimo de inversión muy elevado. Sin embargo, a finales de mayo se lanzó el primer fondo de arte para minoritarios, Castlestone Art Fund, cuya inversión mínima es de apenas 10.000 euros. En la presentación del fondo, el dueño de la gestora británica, Angus Murray, aseguró que la inversión en arte es la mejor opción para protegerse de la inflación que se avecina como consecuencia de la inyección masiva de liquidez que han realizado los bancos centrales. "A medida que el valor del dinero disminuya por la inflación, el valor de los activos reales subirá. En ese sentido, un cuadro es lo mismo que un lingote de oro".
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