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"Mi suerte ha cambiado"

Barral, delantero del Sporting y autor de los dos goles de su equipo ante el Zaragoza, suma ya cinco tantos, los mismos que en todo el curso pasado

David Barral (San Fernando, Cádiz; 1983), delantero del Sporting, es un hombre de promesas. En 2008, aseguró que si su equipo ascendía a Primera División se bañaría entre tiburones. El conjunto asturiano subió en el verano de ese año y, en las Navidades de 2009, se enfundó un buzo de submarinista y se zambulló en la piscina de escualos del acuario de Gijón. La temporada pasada dijo que si el Sporting se salvaba del descenso se tatuaría el escudo del club, y desde el verano lo lleva, un poco escondido, en la parte baja del gemelo. En lo puramente futbolístico, lleva tiempo luchando por mejorar sus registros goleadores -en las últimas dos temporadas ha marcado cuatro y cinco goles, respectivamente-, y esta campaña va camino de conseguirlo. Ha logrado cinco dianas en 11 partidos, la mitad de las que consiguió en su mejor temporada en Primera -la 2008-09, 10 goles- y está entre los mejores goleadores españoles del campeonato -solo le supera Soldado, con seis-. Este domingo, de nuevo, fue clave en el empate del Sporting frente al Zaragoza (2-2), al que endosó los dos tantos de su equipo.

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"Esta temporada, mi suerte ha cambiado y, además, el equipo funciona de otra manera. Juego junto a Trejo y De las Cuevas, que facilitan el trabajo porque dan muchas y buenas asistencias", explica el ariete en una conversación telefónica. En el mismo sentido apunta Emilio de Dios, director deportivo del Sporting: "Un delantero depende del juego colectivo, de cómo se sepa adaptar a él y del grado de concentración que sea capaz de generar. Sus cifras estas temporadas quizá no son de Balón de Oro, pero con la experiencia que tiene está ganando temple y es un jugador muy importante". Esta es, de hecho, su sexta temporada en Gijón, donde es ya todo un referente para la parroquia del Molinón, aferrada a los goles de su capitán. "Eso te da una responsabilidad mayor, pero creo que es algo anecdótico, un premio al trabajo que llevo realizando estos años", asegura el futbolista gaditano, que llegó al Sporting en 2006 procedente del Castilla. Antes había pasado por el Fuenlabrada y el Club Deportivo San Fernando "Está plenamente identificado con el club y con la ciudad. Dice que se quiere retirar aquí, y eso es algo importante", completa De Dios. Sangoy, otro de los arietes del equipo, ofrece otro motivo para explicar los buenos números de Barral esta campaña: "El técnico [Manolo Preciado] le está dando mucha confianza. Él sabe que no pasa nada porque esté un par de partidos sin marcar y eso le da una tranquilidad que repercute de forma positiva en su juego".

En sus años en Gijón, Barral también ha destacado por el número de tarjetas amarillas que ve cada temporada, que suele superar su cifra de goles. Este año lleva dos, pero la campaña anterior le enseñaron 12 amarillas y las anteriores, 10 y nueve, respectivamente. Unos números que le sitúan entre los jugadores más amonestados de Primera pese a que es delantero. "Tiene un temperamento fuerte y a veces lo utiliza de mala forma. Le quedan años para superarlo", apunta Sangoy. Él se excusa: "Soy un jugador de mucho contacto y los árbitros me persiguen a veces por eso, pero voy mejorando". "No es que los árbitros le tengan manía. Casi todas las tarjetas que ve es por un exceso de celo en la tareas defensivas, por salir a presionar, por esas ganas de ser el primer defensa del equipo. Espero y supongo que se irá templando con los años", indica De Dios. Este año, de momento, sus goles dejan a un lado las amonestaciones.

Barral celebra uno de sus goles al Zaragoza.
Barral celebra uno de sus goles al Zaragoza.JAVIER CEBOLLADA (EFE)

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