El reto de la nueva generación
La multiétnica selección españolade waterpolo aspira a volver al podio
"Con Joan Jané se ganó todo lo soñado, se saldaron cuentas pendientes y la selección se vacunó de por vida. Mi trabajo es intentar formar un equipo competitivo para conseguir los éxitos de aquella generación prodigiosa". Rafael Aguilar, el seleccionador español de waterpolo, es consciente que aquel conjunto campeón olímpico (1996) y mundial (1998 y 2001) que lideraron en el agua Manel Estiarte, Chava Gómez, Jordi Sans, Pedro Garcia y el fallecido Jesús Rollán es irrepetible.
A Aguilar se le encargó hacer el cambio generacional tras los Juegos de 2004 y debutó en los Mundiales de Montreal 2005 con un quinto puesto. En su segunda cita mundialista, en Melbourne, aspira a subir al podio con una selección nueva. Quizás no tenga el virtuosismo de aquélla que maravilló al mundo, pero sí presume de poseer un buen bloque. "El equipo tiene muy bien distribuido el papel de cada jugador", comenta Aguilar; "en dos años se ha conseguido una gestión del grupo muy buena".
A Pérez, de origen cubano, se unen los hermanos brasileños Perrone y el búlgaro Piralkov
El objetivo en el torneo australiano es efectivamente el podio, que daría el pasaporte directo a los Juegos de Pekín 2008. Una posibilidad que pasa hoy (8.20, Teledeporte y Eurosport) por derrotar a Italia en los cuartos de final. El equipo transalpino es un viejo conocido del español desde que ganó el oro olímpico en Barcelona 92 en una épica final contra Estiarte y compañia. "Italia será complicada", explica Aguilar, "pero no la tememos".
Las estadísticas están a favor de España. En los últimos dos años, la selección ha vencido a la italiana en todos los partidos en los que se han enfrentado. Otro dato. Mientras que España no tuvo que jugar la eliminatoria de los octavos de final al ser la primera de su grupo, Italia vivió un duro duelo contra Australia que se decidió por un ajustado 12-11 tras dos prórrogas. "Físicamente, hemos llegado bien", dice Aguilar; "es posible que Italia se sienta más cansada".
Después de haber ofrecido unas buenas sensaciones en la primera fase del Mundial, que cerró invicta ante China, Rusia y Grecia, la selección de Aguilar está en disposición de romper la maldición de los cuartos de final. Desde que España ganó el Mundial de Fukuoka (Japón), en 2001, no ha podido superar esa barrera.
Si la generación prodigiosa estuvo integrada por una mezcla explosiva de jugadores procedentes de la cantera catalana y de la castellana, la actual es un grupo multiétnico. A la potencia del boya hispano-cubano y capitán Iván Pérez y a la magia brasileña de los hermanos Ricardo y Felipe Perrone, el último refuerzo extranjero llega de Bulgaria: Svilen Piralkov.
A sus 31 años, Esteban, como le llaman sus compañeros, consiguió la nacionalidad española hace un año tras renunciar a la suya. "No me importó hacerlo porque me considero un ciudadano español". cuenta Esteban Piralkov; "tengo experiencia y confío en ser útil al equipo". Casado con una gallega y padre de una niña, Piralkov llegó a Cataluña hace 12 años y en la actualidad reside en Terrassa (Barcelona), donde juega en el club de la ciudad. Antes también militó en el Catalunya y el Mataró. Para el búlgaro, es el primer Mundial y también su regreso a una competición internacional después de diez años, cuando disputó dos Campeonatos de Europa con Bulgaria, los de 1995 y 1997.
"Piralkov es un jugador versátil", cuenta Aguilar. Y recalca: "Tiene un buen lanzamiento, una buena circulación del balón y es incisivo en la defensa de perímetro".
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