La decisión inexorable
El presidente se queda sin margen de maniobra tras agotar todos los cambios organizativos
Quizá el presidente madridista, Florentino Pérez, no percibió, en junio de 2003, cuando le negó la renovación a Vicente del Bosque, que con esa misma medida se puso en una situación de inexorable y estéril aceleración. Después de nueve temporadas al frente del club, Florentino Pérez sigue dándole vueltas a la organización de la institución. La diferencia es que, en esta ocasión, no actúa por voluntad propia. Esta vez el presidente ha decidido apurado por la imposición de Mourinho, su entrenador, cuyo poder parece insuperable según unas encuestas que le declaran más popular que nadie. Si hay algo contra lo que Florentino Pérez no se atreve a actuar es contra el deseo de ese público del que se siente deudor después de un único título en las últimas cinco campañas bajo su gestión. Esta temporada el Madrid ganó la Copa, pero el que ha instrumentalizado el trofeo, presentándose como el estratega imprescindible, es Mourinho.
En 2003, Florentino Pérez anunció la destitución de Del Bosque con el crédito que le conferían dos Ligas y una Champions: "Cada técnico tiene su librillo. Del Bosque tiene uno más bien clásico. Es muy tradicional. Buscamos algo más moderno".
Bajo el mandato de Florentino Pérez, el Madrid ha tenido tres direcciones deportivas y ocho entrenadores. No ha podido dejar pasar más de un año sin remover la organización deportiva del club. Carlos Queiroz fue la elección para sustituir a Del Bosque, pero duró una sola campaña. En 2004 cambió el organigrama, se fue Valdano como director deportivo, puso en su lugar a Butragueño, destituyó a Queiroz y fichó a Camacho. En 2005 trasladó a Butragueño y en su puesto nombró a Arrigo Sacchi como director deportivo, y a Luxemburgo como entrenador. Días antes del fin de año de 2005, y siguiendo al destituido Luxemburgo, Sacchi procedió a su despedida alegando motivos personales pero evitando disimular un sentimiento de aislamiento e incomprensión. En lugar de Sacchi, el club situó a Floro. En lugar de Luxemburgo, a López Caro. El presidente no resistió la vorágine. A falta de dos meses para el final de la temporada presentó su dimisión y posibilitó una crisis histórica.
Ramón Calderón, el presidente electo en 2006, se mostró incapaz de reestablecer la paz. Fue depuesto en 2009. Florentino Pérez regresó con Valdano del brazo prometiendo estabilidad. Nombró a Pellegrini como entrenador pero, a los pocos meses, confesó su arrepentimiento y comenzó a desconfiar del chileno y de Valdano. Ahora, según dicen en el club, también desconfía de Mourinho. Pero, a diferencia de otras veces, carece de capacidad de maniobra. Ahora es el técnico quien tiene la iniciativa. Florentino Pérez ha movido la última pieza. La pieza inexorable.
Así despidió Pérez a Del Bosque
- 23 de junio de 2003. Florentino Pérez anuncia, dos días después de que el equipo conquistara su 29º título de Liga, su decisión de prescindir de Vicente del Bosque. "Es muy tradicional. Buscamos algo más moderno. Cada técnico tiene su librillo. Del Bosque tiene uno más bien clásico, tradicional, y nosotros ahora buscamos uno más tecnificado, desde la estrategia hasta la preparación física, porque así nuestro equipo será más potente. Hace dos meses apreciamos síntomas de agotamiento. No era el entrenador ideal para el futuro del Madrid. Había que ilusionar a los aficionados con un recambio".
- 27 de mayo de 2004. Un año después de la marcha de Del Bosque, Valdano anuncia que deja su cargo de director general deportivo del Madrid. Se marcha tras cuatro años en el club al que llegó de la mano de Florentino: "Han sido cuatro años apasionantes, pero lo más higiénico en este momento es que el presidente, que pronto entrará en un segundo ciclo, tenga libertad para tomar sus decisiones. Es un buen momento para dar un paso al costado. Necesito tomar distancia respecto a todo lo vivido estos años".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.