Las dos caras del Madrid
El equipo de Mourinho multiplicó por tres veces sus remates en la segunda parte frente al Málaga
José Mourinho se marchó anoche de la sala de prensa del Bernabéu con una pregunta ¿Si en el segundo tiempo han podido dar esta réplica, por qué no han podido hacerlo en el primero? Dijo que sus jugadores seguramente tendrían una respuesta. Sus jugadores, sin embargo, abandonaron por la zona mixta repitiendo el mismo mensaje que lanzó su técnico: "En la segunda parte limpiaron la basura de la primera". Lo dijo Gonzalo Higuaín: "Salimos con otra actitud. Teníamos que limpiar un poco lo que hicimos en la primera parte". Lo dijo también el capitán Iker Casillas: "En el segundo tiempo fuimos un equipo, cosa que no hicimos en el primero. Que nos sirva de lección porque así no vamos a ninguna parte".
El entrenador del Madrid habló de intensidad, ritmo y actitud para explicar lo que había cambiado tras el intermedio contra el Málaga. Benzema aludió a las ganas de luchar. Tres goles en 10 minutos sellaron la remontada en Chamartín. Eso, después de que el técnico portugués cambiara toda la banda derecha: fuera Arbeloa por Khedira (Lass ocupó el lateral derecho); fuera Callejón por Benzema (el canterano anoche empujó menos de lo habitual: no remató a puerta y participó en 16 jugadas, por las 29 de Özil y las 30 de Benzema); y fuera un apagado Kaká por Özil. Aunque si por el entrenador hubiese sido, como deslizó sin disimulo alguno, en un mensaje más que rotundo, "hubiera cambiado a los once jugadores".
Mourinho, en cualquier caso, esgrimió que los tres que sustituyó no fueron "peores que el resto", pero el Madrid cambió su cara desde el inicio del segundo acto. Llegó más al área con Khedira, por ejemplo, que se incorporó a las jugadas del equipo con mucha más asiduidad y relevancia que la que había tenido Lass. Al tiempo, Cristiano, Higuaín y Özil se aprovecharon de la movilidad de Benzema, que brindó al equipo toda una tormenta de remates, hasta el punto de que el equipo multiplicó por tres veces sus disparos en ese periodo. Seis chuts en la primera parte; 18, en la segunda. Hubo, no obstante, más o menos las mismas jugadas de ataque (67 en la primera parte por 60 en la segunda), pero se creó más peligro en el área rival (ocho remates a puerta por dos del primer tiempo) y, sobre todo, más posesión (72 por 62%) y precisión: las pérdidas de balón bajaron de 52 a 37. Un Madrid con dos caras, frágil al principio y demoledor al final.
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