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Reportaje:EL RIVAL DE HOY | Eurobasket | Segunda fase

El amigo americano de Putin

Holden, base de Pittsburgh nacionalizado ruso por "méritos especiales" y director de juego del CSKA, guía a la Rusia de Kirilenko

Robert Álvarez

Cuenta un viejo chiste ruso que un americano con pasaporte falso y un magnífico dominio del idioma ruso es inmediatamente detenido como un impostor. ¿Cómo le descubren? Es negro. J. R. Holden (Pittsburgh, Estados Unidos; 31 años) es desde hace algo más de dos años el primer negro que defiende los colores de la selección rusa. La diferencia con el americano del chiste es, claro, que su pasaporte es legítimo. Su calidad como jugador hizo posible que se lo expidieran, con todos los honores, gracias a un decreto del presidente Vladímir Putin y que forme parte del equipo capitaneado por Kirilenko, al que hoy se enfrentará España.

"Cuando digo que juego para Rusia, mucha gente en Estados Unidos aún se lo toma como una broma"

Cuando abandonó la universidad de Bucknell, en 1998, el base, de 1,85 metros de estatura, se lanzó a la aventura europea desafiando todos los riesgos. Aceptó lo que le ofrecieron: 3.000 dólares al mes puso en la mesa el Broceni de Riga. "Pensé que había hecho el gran negocio, que era rico", dice Holden sonriendo. Y a Letonia que se fue. Brilló, prosperó, pero sin dejar de moverse por países de la tercera división europea, como Bélgica, donde jugó en el Ostende durante dos años. Sus buenas actuaciones en las competiciones europeas, en las que llegó a promediar casi 20 puntos por partido, le valieron un contrato ya en un equipo de primer nivel como el AEK de Atenas.

Por fin, después de vivir y competir en tres países distintos en cuatro años, recaló en el CSKA de Moscú en 2002. Allí triunfó y allí adquirió la doble nacionalidad, de manera casual e imprevista, por una cuestión de cupos de extranjeros en los clubes del país contra los que luchó el presidente de la federación rusa, Sergei Kushchenko. Éste mató dos pájaros de un tiro porque la selección carecía de bases de calidad. Para lograr la nacionalización de Holden tuvo que argumentar que reunía "méritos especiales". "Tuvimos que convencer a las autoridades de que reunía los requisitos exigidos y en función sobre todo de que logró ser Mejor Jugador de la Liga. Tenía 27 años y estaba en la cúspide de su carrera", alegó.

Los inicios de Holden en la selección rusa fueron descorazonadores. Rusia, sumida en la crisis tras su último éxito, la medalla de plata en el Mundial de 1998, no levantó el vuelo tampoco en el último Europeo de Belgrado, hace dos años. Holden fue criticado. Recuperó la credibilidad en la fase de clasificación para el Europeo, en la que, sin Kirilenko en el equipo, se convirtió en el máximo anotador con una media de 23 puntos.

Rusia ha ganado todos sus partidos en el Eurobasket. Vuelve a ser un rival temible. "Pensar en las medallas o en la clasificación para los Juegos Olímpicos es contraproducente porque nos distrae de lo verdaderamente importante: ganar cada partido", afirma Holden. Se declara admirador del juego que practica la selección española y de sus figuras. "Para mí, son los favoritos del torneo aunque tendrán que superar la presión. Juegan duro y todos aportan muchas cosas interesantes a su equipo".

En la selección, Holden suele ceñirse más a su posición de base. En su equipo, el CSKA, juega muchos minutos como escolta, especialmente cuando comparte quinteto con Papalukas. Su adaptación en Rusia ha sido satisfactoria tanto en la cancha como fuera de ella, donde sus nuevos compañeros le han hecho comprender la idiosincrasia de la gente del país. La presencia de David Blatt como seleccionador americaniza todavía más al equipo nacional ruso, aunque Holden constata: "Todavía, cuando digo que juego para Rusia, mucha gente en Estados Unidos se lo toma como una broma".

Holden.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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