"Visítenos, señor Rogge"
Un prisionero político denuncia las condiciones arcelarias en China e invita al presidente del COI a que lo compruebe en persona
El veterano disidente chino He Depu, que cumple una pena de prisión de ocho años, pidió en una carta al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, que le visite para que compruebe en persona las duras condiciones en las que viven los prisioneros políticos del país. En la citada carta, He Depu, "prisionero político de China" porque "escribí y publiqué artículos sobre mis opiniones políticas en Internet en 2002", tras dudar del efecto catalizador de los Juegos en la situación china, relata las inhumanas condiciones de las cárceles
"Las normativas para los presos desobedientes son inhumanas y discriminatorias. Hay un reglamento en las cárceles llamado 'Normas para el trato a los presos especiales' en el que hay muchas limitaciones para los 'presos especiales'. Y hay todavía más limitaciones destinadas específicamente a tratar a prisioneros políticos que no admiten su culpabilidad. Este manual diferencia estrictamente el trato que reciben los prisioneros políticos del que reciben los delincuentes normales. A los prisioneros políticos no se les permite llamar o ver a sus familias, ni obtener una reducción de la pena, ni conceder una entrevista a los medios de comunicación, ni participar en las actividades de ocio que se organizan en la cárcel. A menudo, las cartas que escriben a sus familias no se entregan. Las cartas enviadas por parte de organizaciones o individuos a prisioneros políticos tampoco se entregan, de acuerdo con esta reglamentación. El manual estipula numerosas limitaciones destinadas específicamente a prisioneros políticos". Tras relatar las múltiples penalidades de los presos políticos en China. Los Juegos Olímpicos se acercan rápidamente, pero las limitaciones que se nos imponen a los prisioneros políticos en Pekín no sólo no han disminuido, sino que más bien han aumentado.
Especial: Pekín 2008 |
"Segundo, la comida y la asistencia médica que se proporcionan en la cárcel son extremadamente deficientes. Durante más de 10 años, la alimentación de los presos ha ido empeorando de año en año, y mes a mes la calidad de la comida ha ido decayendo. En un principio, los presos pensábamos que la calidad de nuestra comida mejoraría durante los Juegos Olímpicos. Nadie podría haberse imaginado que, a medida que se acercaran los Juegos Olímpicos, se volvería en realidad cada vez peor". Finalmente Depu espera que, "cuando le venga bien, se pueda pasar aunque sea una vez por la Cárcel nº 2 de Pekín para que vea la situación de los presos que viven aquí".
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