Tablas en lo alto del mito
La etapa del Tourmalet prometía y quizá algunos piensen que ha defraudado las expectativas, pero yo soy de la opinión contraria. Una partida de ajedrez entre dos maestros puede terminar en tablas, y eso no significa que no haya podido ser emocionante.
Tras unos kilómetros previos que sirvieron únicamente de desgaste para los equipos de los líderes, la batalla comenzó en Luz Saint Sauveur, a la sombra del mito. El Saxo Bank impuso un ritmo duro desde la primera rampa anunciando lo previsible y lo anunciado, el ataque de Schleck.
Y este se produjo cuando faltaban más de 10 kilómetros para la cima. Ahí estaba lo que queríamos, el cara a cara Schleck-Contador. Entonces lo único que pasó es que Andy tiró a muerte hasta meta; que Contador le atacó en una ocasión, y que como vio que Andy era incapaz de descolgarle, se limitó a seguir su rueda sin ni siquiera esprintarle en el final. Puede estar bien como resumen, pero en realidad se dieron más matices que nos hacen entender que en esos 10 kilómetros pasaron muchas más cosas.
Andy dijo que al menos hizo 15 cambios de ritmo en esos kilómetros, y ofreció incluso a la prensa los datos de su SRM (medidor de potencia incorporado a la bicicleta) para confirmarlo. Andy atacó muy duro en un primer instante, tanto como para que el único que pudiese seguirle fuese Contador. Tanto Purito como Menchov lo intentaron pero no lo consiguieron. El escapado Kolobnev aún llevaba una renta de casi un minuto y medio, y en menos de dos kilómetros ya lo habían capturado; eso da la medida de la velocidad a la que ascendían.
Tras comprobar que Contador seguía soldado a su rueda, y que el duelo era tal y como él quería, un uno contra uno, comenzó Andy a hacer gestos con su codo pidiendo colaboración a su compañero-rival. Como veía que ninguno de esos gestos obtenía respuesta, replicaba con uno de esos cambios de ritmo. Herido en el orgullo: no quieres tirar... Vale, pues te vas a enterar de las consecuencias... Ninguno fue un ataque propiamente dicho, pero se vio como en determinados momentos que a veces coincidían con las rampas más duras, la cadencia de Andy aumentaba durante unos centenares de metros. Contador no se despegaba de la estela de su rival, pero la sensación que ambos daban era que las fuerzas en ese momento estaban muy igualadas. Y Andy, mientras tanto, seguía tirando.
A falta de cuatro kilómetros para el alto, algo menos, Contador atacó con fuerza. Debía intentarlo, también eso estaba en el guión. A pesar de ser el líder, no se puede desaprovechar una ocasión de poner los puntos sobre las íes, y ayer la ocasión era idónea. Pero Alberto, que juega con la confianza de que la crono del sábado está de su parte, vio cómo Schleck respondía con soltura a su cambio de ritmo. En estilos diferentes, Alberto con su molinillo, Andy más atrancado y con más sensación de fuerza, pero ninguno de los dos era capaz de subir más rápido que el otro.
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