Sufre Bibendum
Rossi y Pedrosa imploran a Michelin, que sólo ha perdido un título en 20 años
Bibendum, la mascota de la marca de neumáticos más famosa del mundo, se arrastra por el Mundial de MotoGP como nunca antes lo había hecho. En los últimos 20 años, a este entrañable muñeco diseñado a base de neumáticos superpuestos sólo se le había escapado un título mundial en la categoría pesada del motociclismo. El que logró Wayne Rainey en 1991 subido a una Yamaha que se apoyaba en unos neumáticos Dunlop. Aquella temporada, Michelin decidió dar cobertura sólo al equipo oficial Honda, y lo pagó caro.
Si se atiende a la velocidad a la que avanza el calendario y visto que Casey Stoner gira a un ritmo imparable, Bibendum volverá a Clérmont Ferrand con el zurrón vacío a final de curso. O no del todo, porque en él debería guardar todas las andanadas de los pilotos que calzan sus neumáticos. De los siete individuos que tiene en cartera en la parrilla de MotoGP, Valentino Rossi y Dani Pedrosa son los que más han acusado el bajón de rendimiento que han experimentado esta temporada los neumáticos de la firma francesa.
Tras la carrera en Laguna Seca, el piloto español, que terminó quinto, no se cortó un pelo: "Ya sabía que la goma delantera me causaría problemas. Lo que no esperaba era que la trasera funcionara tan mal", lamentó Pedrosa. "Cuando Rossi llegó a mi altura (vuelta 19), la rueda de atrás ya rebotaba mucho. Esta situación es decepcionante porque la desventaja que tenemos es abismal". No le falta razón al tricampeón del mundo, que ocupa la tercera posición en la general a 66 puntos de Stoner, ganador en Laguna Seca. Aunque a Rossi las cosas no le van mucho mejor, al italiano hay algo que le preocupa más que los 44 puntos que le separan del líder. "Más que mi situación en el Mundial, lo que me preocupa son los 30 segundos de ventaja que me sacó Stoner en la carrera", reflexionó Il Dottore que, con su cuarto puesto en Laguna Seca, fue el más rápido de entre los pilotos Michelin. Rossi enfiló a Pedrosa cuando el catalán ya acusaba problemas de adherencia. "He llegado a la altura de Dani, he visto sus neumáticos y he pensado: '¡Mira, otro que está metido en la misma mierda que yo!", ironizó Rossi, antes de implorar una reacción por parte del fabricante galo. "Ha llegado el momento de que Michelin nos eche una mano".
Jean-Philippe Weber, director del departamento de carreras de Michelin, ofreció su versión de lo ocurrido: "En Sachsenring (Alemania), las gomas adquirieron más temperatura y fueron sometidas a más presión, pero este asfalto recién colocado degradó muy deprisa los neumáticos. Necesitamos compuestos más duros", cercioró el técnico francés, que prometió trabajar a destajo durante el parón -el Mundial se reemprenderá el 19 de agosto con el Gran Premio de la República Checa-.Desde que Bridgestone irrumpió en el campeonato en 2002 con aspiraciones más bien modestas, su progresión ha sido acelerada hasta el extremo de que Stoner les puede dar su primer título de la historia en MotoGP. Ni siquiera el ser, desde esta temporada, el suministrador único de neumáticos en la fórmula 1 le ha supuesto demasiado lastre. Ya llevaba tres años calzando motos de Gran Premio, y fue al unirse al equipo Ducati, en 2005, cuando comenzó a adivinarse el potencial que escondía la fábrica de gomas japonesas. Desde entonces siempre ha ido ampliando su nómina de equipos, hasta llegar a las cinco escuderías que calzan sus compuestos en la actualidad.
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