Seve apasiona a Europa

Severiano Ballesteros fue elegido hace unos días el mejor capitán europeo en la historia de la Copa Ryder. Su legado en el mundo del golf es incontestable, más si cabe todavía en el contexto de este duelo bienal entre Europa y Estados Unidos. Alrededor de la figura del héroe cántabro, el equipo europeo dejó para siempre de sentirse inferior a sus rivales americanos. Seve hizo creer como nadie que era más que posible llevarse la copa a casa. Fue él quien creó el mágico ambiente en el que Europa derrotó a Estados Unidos en Valderrama en 1997, la primera vez que el torneo se jugaba fuera del continente americano o de Gran Bretaña. Siempre fue una pieza clave en las ocho Ryders que jugó -ganó seis-. Los historiadores del golf no dudan en señalar a Seve y a Olazábal como una de las grandes parejas de la historia. Por eso cuando el genio de Pedreña se dirigió la noche del martes por teléfono a los golfistas del equipo europeo, antes de que el viernes comience la Ryder en Gales, algo sacudió los corazones de los jugadores. Entre ellos estaba Miguel Ángel Jiménez, vicecapitán en 1997 y con 46 años el más veterano de esta edición. "Todo el equipo habló con Seve durante unos 10 minutos y fue muy motivador, muy apasionado, y también muy triste de escuchar", admitió el capitán europeo, Colin Montgomerie.

"La pasión de Seve es muy fuerte y muy válida para nosotros como equipo. Él deseaba estar aquí. Obviamente fue invitado, pero finalmente no pudo venir. Su apoyo es una verdadera inspiración para nosotros, especialmente para los debutantes. Tras hablar con él, nos reunimos todo el equipo y la sensación fue totalmente distinta debido a la pasión que nos envolvió tras sus palabras", añadió Monty, cinco veces ganador de la competición y compañero de batallas de Seve.

La Copa Ryder es única en el mundo del golf. Entre muchas otras cosas, por el sentimiento de unión que genera entre unos deportistas acostumbrados a jugar durante el año únicamente para sí mismos. Llega la Ryder y Harrington se une con Kaymer o Westwood, Tiger Woods arrima el hombro con Mickelson, ya no son rivales sino compañeros. De ahí que las ceremonias de comunión sean tan especiales. Estados Unidos recurrió a un condecorado piloto de combate y profesional del gol para dar una charla motivadora a sus golfistas. Los chicos americanos prefirieron escuchar a "un gran patriota, un gran inspirador". Europa se dejó llevar por las emocionantes palabras de Severiano Ballesteros. "Nunca he conocido a nadie tan apasionado por el deporte y por el golf como él. Seve es nuestra leyenda, nuestra Ryder Cup, y siempre lo será. Es un honor contar con él", acabó Montgomerie; "de ninguna manera su legado quedará en el olvido del golf europeo".