Serena se va de la lengua

Serena Williams, la campeona vigente, apunta a una juez de línea con su raqueta, le grita y le amenaza. Es el final de una situación de tensión extrema. Kim Clijsters, su rival en semifinales, una tenista de vuelta tras dos años retirada, tiene ventaja de 15-30 sobre su saque. Serena tiembla, hundida por el peso del marcador (6-4 y 6-5 en contra) y de tener un aviso del juez de silla en contra, por haber estrellado su raqueta contra el suelo. Para la estadounidense, es todo o nada. Serena ejecuta un segundo saque y la juez de línea pita falta de pie en el servicio. Ha pisado la raya. Es doble falta y 15-40. Doble punto de partido para Clijsters. La campeona, sin embargo, no se queda quieta. Reacciona con violencia. Es entonces cuando apunta a la juez de línea con su raqueta, cuando le grita y le amenaza. Ésta se da una carrera de cortos pasos y le dice al juez de silla que le ha agredido verbalmente. Es el final para Serena: la estadounidense, que ya tenía un aviso, es castigada "por conducta antideportiva" con la pérdida del punto, lo que significa su derrota (6-4 y 7-5) y el pase a la final para Clijsters, que al cierre de esta edición no había comenzado a disputarle el título a la danesa Caroline Wozniacki.

"¿Lo dices en serio? ¡Nunca dije que te fuera a matar!", se escuchó decir a Serena cuando la juez de línea le explicó al de silla delante suyo lo que había ocurrido. Luego, en la rueda de prensa, sin querer aclarar qué le había dicho a la de línea, se disculpa. "Me entendió mal, no le dijo eso a la juez de línea", reconoce. Clijsters lo mira todo como si no entendiera nada. No parece querer acabar así el partido, su gran obra, finalista de un grande siendo una invitada de la organización y disputando su tercer torneo desde que se retiró para ser madre. "Me preparé para la bola de partido, vi cómo Serena hablaba con el juez árbitro y no comprendí nada", dijo.