Rossi es de carne y hueso

Valentino Rossi es humano. No es inmune a la presión. Aunque alguno, o muchos, puedan pensar lo contrario, también a él, campeón de campeones, el mejor motociclista de la historia, le afectan las críticas, las dudas, los comentarios y... los pilotos que aspiran a robarle el puesto, como él mismo ha confesado. Rossi es de carne y hueso. Y también se equivoca a veces. Ayer fue una de ellas. Cometió un fallo que le costará el título mundial de MotoGP y quién sabe si algo más. Un neumático demasiado frío y un compañero de taller algo rebelde tienen la culpa. El nueve veces campeón sufrió un accidente escandaloso cuando su Yamaha le escupió como un caballo enrabietado dando coces. Sus gestos de dolor evidenciaban una lesión de gravedad. En efecto: rotura abierta de tibia y peroné en la pierna derecha.

Il Dottore dejó que los neumáticos se enfriaran y cuando aceleró salió escupido

Rossi, a quien se le practicó una reducción de la fractura en el mismo circuito, tuvo que ser trasladado en helicóptero al hospital de Florencia, en el que fue intervenido quirúrgicamente por la tarde. Estará de baja al menos cinco meses, dos más de los que se vaticinaron en principio, según el doctor Buzzi. No podrá revalidar, pues, el título. "El campeonato ha terminado para nosotros", declaró, consternado, su jefe de mecánicos, Jeremy Burgess.

Rossi completaba su 15ª vuelta en la segunda sesión de entrenamientos libres, la que precede a la clasificatoria de los sábados, y solo Dani Pedrosa y él habían logrado bajar de 1m 50s. El italiano apretaba como únicamente se ha visto forzado a hacer desde que Jorge Lorenzo apareció por el taller de Yamaha, hace dos temporadas -"es el rival más duro con el que se ha encontrado", confesaban en su equipo semanas atrás-. Y, concentrado como estaba en bajar sus registros, cometió un error de principiante: quiso dejar pasar al piloto al que llevaba pegado, ralentizó su ritmo y, cuando quiso dar gas al entrar en el estrechamiento de la pista (chicane), a la derecha y la izquierda, con la goma demasiado fría, la moto le expulsó. Directo a tierra. Directo al hospital. Lejos de los circuitos. A los que no volverá hasta dentro de un tiempo. Demasiado tiempo.

Rossi nunca se había perdido una carrera. Siempre, desde que debutó en Malaisia en 1996, había estado en la parrilla de salida: 230 grandes premios. Un récord, como tantos otros en su haber. Esta es su primera lesión grave. Y llega, casualidad o no, en el momento en que su compañero de equipo empieza a hacerle sombra. Lorenzo, líder de la clasificación, andaba más rápido y más confiado que Il Dottore en el inicio del Mundial. Y Rossi no estaba dispuesto a permitir que le asestara una puñalada casi definitiva en su propia casa: Mugello, donde ha ganado siete carreras consecutivas, de 2002 a 2008; el año pasado fue tercero, tras Casey Stoner y, curiosamente, Lorenzo.

¿Fueron los neumáticos o fue Lorenzo el culpable de la caída? "¿Estaba rodando demasiado al límite porque le estaba presionando mucho?", preguntaron al mallorquín. "Evidentemente, no iba de paseo, pero los Bridgestone tienen este problema", respondió. "El problema viene cuando no esperas que el neumático esté frío, como cuando paras para dejar pasar a alguien. Yo soy de los que más cuidado tiene con esto porque me he hecho daño por culpa de uno frío", añadió.

"Sabemos que las primeras vueltas con este neumático son complicadas. No es un problema nuevo", Casey Stoner. Versión que confirmó Pedrosa, que agregó: "Unas veces pierdes la concentración y te caes. Otras no hay manera de evitarlo... Pero lo primero que aprendes es a no caer con un neumático frío".

Se le olvidó por un instante la teoría a Rossi, que hoy, por primera vez desde que el mundo empezó a conocerle, no formará en la parrilla de salida.