La NBA, a un paso de la suspensión
Los baloncestistas rechazan la oferta de los clubes, disuelven su sindicato y apelan a los tribunales - Enero marca el tope para evitar la cancelación de toda la temporada
La temporada de la NBA corre serio riesgo de ser suspendida por completo. Los jugadores rechazaron la oferta-ultimátum de los clubes y la situación, ya de por sí difícil, se complicó extraordinariamente. Representantes del sindicato de los jugadores (NBPA) y de las plantillas de los 30 clubes de la Liga, entre los que estaban Kobe Bryant y Carmelo Anthony, se reunieron ayer por la mañana en Nueva York y desestimaron la oferta de los propietarios de la NBA.
David Stern había sido tajante. "Lo tomáis o lo dejáis", había venido a decir. Los jugadores debían responder si estaban de acuerdo con la oferta de los propietarios: un reparto al 50% de los ingresos de la NBA (unos 3.000 millones de euros al año) para cada una de las partes: jugadores y clubes. O eso, dijo el comisionado de la NBA, o las franquicias volverían al punto inicial de las negociaciones: una oferta de un 47% para los jugadores.
Kobe Bryant y Carmelo Anthony respaldaron con su presencia a su central
"Estuvimos muy cerca del acuerdo y los jugadores lo hicieron estallar", dice Stern
Los tribunales pueden tardar entre 45 y 60 días en desbloquear la situación creada
Hasta la conclusión del anterior convenio, los jugadores percibían un 57% del total de los ingresos de la NBA. Cada punto porcentual equivale a unos 30 millones de euros. Y los jugadores, con su presidente y base de los Lakers al frente, Derek Fisher, decidieron romper la baraja. Dejaron entrever que podían haber llegado a aceptar el reparto del 50%, pero no aceptaban otros puntos que tratan sobre la duración de sus contratos y los topes salariales.
Fisher, flanqueado por docenas de jugadores durante la rueda de prensa, indicó que la decisión se adoptó por unanimidad: "Hemos negociado durante dos años con la mejor fe, haciendo un esfuerzo genuino para alcanzar un acuerdo, y hemos llegado a la conclusión de que este proceso no ha funcionado, de que no ha servido para lograr un acuerdo justo. Esta es la mejor decisión para los jugadores. Es importante porque no la adoptamos desde la perspectiva de los que estamos aquí. No negociamos solo para hoy, sino también para los jugadores que permanezcan y se incorporen a la NBA en la próxima década".
Stern, en una comparecencia poco después, se mostró pesimista. Dijo haber advertido ya previamente del riesgo de que el sindicato de jugadores se disolviera y aventuró que el proceso judicial podría durar años. "Estuvimos muy cerca del acuerdo y los jugadores lo hicieron estallar. Han sido engañados", afirmó, con relación a sus agentes y representantes. "Ahora no hay nadie con quien negociar", añadió. Billy Hunter, el jefe del sindicato de jugadores, se mostró igualmente pesimista: "Más que una posibilidad, diría que existe una alta probabilidad de que no haya temporada".
La NBA partía de la base de que, si los jugadores hubieran aceptado la oferta, la competición habría dado inicio el 15 de diciembre con 72 partidos por equipo en la temporada regular, 10 menos de los 82 habituales. De esta forma, se habría salvado uno de los platos fuertes de la competición, los encuentros de Navidad. Estaban programados un Dallas-Miami y un Lakers-Chicago que iban a ser televisados en directo y en abierto por una cadena de carácter nacional.
Si el conflicto ya era grande, ahora se encona aún más. Los jugadores han decidido demandar a los clubes de la NBA acogiéndose a las leyes antitrust. Se han hecho con los servicios de David Bois, un prestigioso abogado especializado en este tipo de conflictos y que ya ha representado a los jugadores de la Liga de Fútbol Americano (NFL). El pasado marzo, el sindicato de jugadores de la NFL ya se disolvió por el mismo procedimiento que lo ha hecho ahora el de la NBA. Tras un enrevesado proceso, la NFL y los jugadores llegaron a un acuerdo para firmar un convenio colectivo tras un lockout o cierre patronal que se prolongó durante 136 días. El cierre patronal de la NBA cumple hoy 138.
La cancelación de la temporada al completo se haría inevitable si no se llegara a un acuerdo antes de las dos primeras semanas de enero. Se calcula que los tribunales podrían tardar entre 45 y 60 días en establecer algún tipo de decisión que empezara a desbloquear la situación. Como en toda demanda, los demandantes podrían seguir negociando y retirarla de haber un acuerdo.
Los propietarios de los 30 clubes aseguran que acumulaban pérdidas de 220 millones de euros anuales y algunos de ellos han afirmado que podrían perder más dinero si hay temporada que si queda finalmente suspendida. El último cierre se produjo en la campaña 1998-1999. Entonces, el torneo empezó en enero y cada equipo jugó tan solo 50 de los 82 partidos programados en principio para la temporada regular.
La prolongación del conflicto en la NBA permite que algunos de sus jugadores sigan compitiendo en clubes europeos. Es el caso de los que lo hacen en el Real Madrid (Rudy Fernández, de Dallas, y Serge Ibaka, de Oklahoma), el CSKA (Kirilenko, de Utah), el Olimpia Milan (Gallinari, de Denver), el Maccabi (Farmar, de Nueva Jersey), el ASVEL Villeurbanne (Parker, de San Antonio, y Turiaf, de Nueva York), el Caja Laboral (Seraphin, de Washington, y Reggie Williams, de Golden State), entre otros. Varios se mantienen a la expectativa. Pau Gasol (Lakers), Marc Gasol (Memphis) y José Manuel Calderón (Toronto) se entrenan con el Barcelona Regal y ya han expresado su intención de no fichar por otro equipo mientras no se sepa si se suspende de forma definitiva toda la temporada de la NBA. Ricky Rubio (Minnesota) se entrena en Los Ángeles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.