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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Los Lakers salen airosos del primer aviso

Los de Jackson se impone a los Jazz pese a su inferioridad en el rebote y el juego físico

Robert Álvarez

Los Lakers corren serio peligro de morir de éxito. Parece que Phil Jackson lo sabe mejor que nadie. Por eso se afana en poner en guardia a un equipo que hasta ahora no ha necesitado forzar al máximo y del que no se sabe aún cuál puede ser su comportamiento en tal caso. A los Jazz, su segundo rival en los playoffs, les caracteriza un tipo de juego duro y rugoso. Nada que ver con el anterior, los fantasiosos Nuggets con los que tan bien les fue a los angelinos. Tanto, que llegaron a la cita con los de Utah muy descansados y se supone que bien preparados porque cerraron la anterior serie el 28 de abril con un contundente 4-0. En cambio, los Jazz sólo hacía 38 horas que habían rematado a Houston Rockets. Pero los Lakers no transmitieron la sensación de frescura que se esperaba de ellos. No cerraron el rebote, especialmente el defensivo. Hasta 25 rechaces les birlaron Okur, Boozer y compañía, brindando así constantes opciones adicionales a los suyos, que lanzaron hasta 22 tiros más que los Lakers.

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Así se entiende que los Jazz apretaran a base de bien en varias fases del partido, especialmente cuando Brewer situó el marcador en 91-87 a menos de cinco minutos para el final. Si la cosa no pasó a mayores se debió a que Gasol (10 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones) apretó justamente en ese intervalo las clavijas anotando 8 de sus 18 puntos. La defensa de los Jazz sobre Bryant resultó extenuante con varios jugadores implicados en el asunto. Acudió 23 veces a la línea de tiros libres y acabó anotando 38 puntos. Pero los Lakers no acabaron de jugar con la fluidez de otras veces. La potencia física y la dureza de Boozer y Kirilenko se les atravesó, además de la buena mano -no en los triples: un 0 de 5- y la altura de Okur. La suerte para el equipo de oro y púrpura fue que los de Utah no estuvieron nada inspirados en los lanzamientos lejanos, empezando por Derron Williams. Su flojo 4 de 19 en los triples les condenó. Boozer perdió demasiados balones y, al igual que Kirilenko, pagó su dureza con tantas faltas que tuvo que presenciar el final del partido desde el banquillo. No fue un detalle menor. Los Lakers se beneficiaron de sus ausencias, máxime cuando Millsap y Harpring no opusieron la misma resistencia, ni mucho menos. Las acciones de Gasol fueron determinantes en aquellos instantes decisivos y Kobe Bryant así lo entendió, de manera que se dedicó a buscarle una y otra vez.

Pero el partido dejó la sensación de que los Jazz son tremendamente peligrosos si los Lakers no logran imponer un ritmo más rápido en las transiciones, si no liberan del cepo a Bryant y si no alimentan de balones en mejores condiciones a Gasol. La serie promete porque a eso hay que añadir el enorme respeto que impone el pabellón de los Jazz, donde sólo han perdido cinco veces esta temporada.

Vídeo: NBA
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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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