Intrigas de una crisis
Directivos del Madrid piden a Calderón que eche a Schuster, enfrentado a Mijatovic - El montenegrino tampoco congenia con Portugal, aliado del alemán y su relevo más factible
El Real Unión se entrenó ayer en Valdebebas. Su inquilino, el equipo de Bernd Schuster, tuvo vacaciones. Así lo tenía decidido el técnico alemán antes del duelo copero. El batacazo de su equipo no le hizo cambiar de planes. Nada de castigos colectivos. Como si el hecho de retrasar los problemas ayudara a solucionarlos. Schuster está convencido de que él no tiene la culpa de la política de fichajes orquestada por Mijatovic y Calderón. Éstos sostienen que, tras los dos títulos de Liga conquistados, hay plantilla suficiente. En su opinión, nada justifica varapalos como el recibido ante el Real Unión. Al término del partido de Copa algunos directivos reclamaron al presidente -sin éxito por ahora- el despido del alemán. El principal asesor deportivo de Calderón, Mijatovic, nunca fue partidario de Schuster, pese a que éste siempre fue el preferido del máximo dirigente. El montenegrino se encuentra ahora ante una encrucijada: no congenia con Schuster pero en la etapa de Fabio Capello se mostró contrario al despido de un entrenador en plena temporada, quizá por temor a que el despido le desterrara a él. Ahora, con Schuster en el alambre, Miguel Ángel Portugal, asesor de Mijatovic y un fichaje personal de Calderón, se perfila como el principal recambio en caso de que Schuster pase al exilio. ¿Qué ocurre? Que Mijatovic y Portugal no tienen buena relación, quizá porque el ex entrenador del Racing es aliado de Schuster. Un galimatías que revela las intrigas en el club. Hoy, fruto de ellas, la inestabilidad se percibe en todos los estamentos.
Calderón y las turbulencias electorales
Desde que accedió a la presidencia, en julio de 2006, Calderón se ha preocupado más de certificar su cargo que de ejercerlo. Tras un turbulento y sorprendente proceso electoral, siempre se ha sentido amenazado por Florentino Pérez. No sólo amenazado, sino espiado y manipulado. En la pasada asamblea de socios compromisarios su propuesta para modificar el voto por correo fue rechazada con gritos de "dimisión" y le atemoriza la del próximo 7 de diciembre.
En el plano deportivo, Calderón fichó a Fabio Capello, por consejo de Mijatovic. Entendía que era el único entrenador que podía asegurarle un título a la primera. Eso fue lo que le salvó el sillón después de prometer en vano que ficharía a Kaká y Cesc. Capello sí cumplió. Para Calderón no fue suficiente: el Madrid no divertía. En marzo de 2007, con Capello todavía en el banquillo y con un contrato hasta 2008, llegó a un acuerdo con Schuster, su preferido desde la campaña electoral. Con él empezó a negociar la plantilla para la temporada siguiente. En junio despidió al técnico italiano -el finiquito rondó los 2,5 millones de euros-. Eso sí, pidió a Mijatovic que se encargara del asunto. Lo hizo llamando al abogado de Capello. "Es que Fabio no lo cogía", se justificó el serbio. Calderón no compareció en público para anunciar la destitución de Capello. A Schuster, lejos de exigirle que se comporte de una forma educada con el público, los rivales y la prensa, le ha disculpado en todo. "Bernd es así. En el fondo es un buen chico".
Mijatovic, Robinho
y la falta de un 'plan b'
Cuando Calderón decidió prescindir de Capello, todos sus ayudantes se marcharon con él. Todos menos Mijatovic, el director deportivo que le trajo a Chamartín. Dos meses después pidió al presidente que eligiera entre él y Schuster. En la presentación del alemán dijo que no era necesario que el director deportivo y el técnico "se llevaran bien". Los dos apenas se hablan. Tampoco tiene una relación fluida con el secretario técnico fichado por el presidente, Miguel Ángel Portugal. Éste no puede planear viajes de scouting sin la aprobación de Mijatovic. El pasado verano Calderón y Mijatovic se fijaron un único objetivo: Cristiano Ronaldo. Cuando no pudieron cristalizar su fichaje, se encontraron con un conflicto inesperado. Robinho, el jugador más desequilibrante, forzó su salida. Desde el club se le martirizó por ello en público, olvidando que el brasileño actuó de la misma forma que el Madrid le pedía a Cristiano Ronaldo. Robinho jamás olvidó que Mijatovic, en una intervención radiofónica, deslizó que en el vestuario "olía a alcohol", alusión que todo el mundo interpretó dirigida a Robinho. Mijatovic nunca dijo lo contrario. Sin Ronaldo y Robinho, no hubo plan B. Con el mercado a punto de echar el cierre se intentó fichar a Villa y Cazorla. "No han venido porque tienen miedo a ser suplentes", se justificó luego. Mijatovic se fue de vacaciones el último día útil para el mercado de fichajes. Su única aportación: Van der Vaart, tan inadvertido y falto de galones desde su llegada que hasta Raúl le impidió lanzar, como era su pretensión, la última falta ante el Real Unión. El holandés no pesa. Ni en el juego ni en el vestuario.
Schuster y sus desconocimientos
El abanico de respuestas que ofrece Schuster cada vez que le preguntan por el equipo se hace cada día más grande. Al "no contesto", "no sé de lo que hablas", "pregúntaselo a los jugadores", el martes, después de la eliminación de la Copa, añadió otra perla. Esta vez inquietante. ¿Por qué el equipo recibe tantos goles? "No tengo idea", respondió. Mucho tiene que ver su castigo a Sergio Ramos por decir públicamente lo mismo de lo que él se queja en privado (no hay extremos y Ramos se come los marrones) y da la sensación de haber tirado la toalla. No transmite garra a sus jugadores y muchos de ellos se han quejado de que habla poco y de que lo único que les pide antes de salir al campo es que lo den todo. El equipo defiende mal, está mal trabajado, no tiene jugadas ensayadas y es muy previsible. El técnico no arriesga. No sabe valorar las cosas positivas. El día siguiente a la remontada contra el Málaga comentó a su entorno que no quería que el Madrid fuera "Higuaín-dependiente" -de ahí su suplencia en la Copa- y se mostró más preocupado por Van Nistelrooy que aliviado por el desbloqueo del argentino.
Cannavaro y el cambio
de actitud
"Hay jugadores como Marcelo, Drenthe, Metzelder y Salgado que no tienen el nivel para jugar en el Madrid", confiesan en el cuerpo técnico. Más allá de eso, el equipo ha demostrado falta de actitud, justo su mejor atributo en las dos últimas temporadas. Mientras Raúl acabó el partido cojo por un golpe en el tobillo, Cannavaro decidió borrarse de la segunda parte por un leve golpe en el cuello.
El sistema de rotaciones de Di Salvo no funciona
Desde que empezó la temporada, hasta nueve jugadores han sufrido lesiones. El sistema de trabajo de Walter Di Salvo -rotaciones en función de los minutos jugados para evitar el riesgo de lesiones- no está funcionando.
Comprueba cuál es la popularidad de Schuster en la Red (lalistaWIP)
Van Nistelrooy, operado con éxito
Ruud Van Nistelrooy, que se encuentra en Colorado desde el pasado lunes, donde se hizo dos resonancias, se sometió ayer a una artroscopia diagnóstico-terapéutica. La cirugía artroscópica -pequeña intervención en la que a través de una cámara se visualiza en directo toda la articulación- que se le practicó al delantero permitió estudiar si había complicaciones que no hubieran sido detectadas con las resonancias anteriores. El doctor Steadman, que ya operó al delantero en el año 2000, abrió la rodilla derecha del jugador y limpió las micro calcificaciones que le había causado la sinovitis. Finalmente, la lesión del delantero holandés de 32 años se reveló menos grave de lo previsto.
Hoy está previsto que el doctor Steadman dicte un informe con los tiempos de recuperación para saber cuándo el jugador podrá volver a entrenarse. Los médicos son optimistas y hablan de unos dos meses de baja.
El pasado mes de febrero, Van Nistelrooy se sometió al mismo tipo de cirugía artroscópica para solucionar la sinovitis que sufría en el tobillo derecho. Estuvo de baja unas seis semanas y pudo disputar el último tramo de Liga y la Eurocopa con su selección.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.