_
_
_
_
Reportaje:

Guardiola recupera la iniciativa

Tras ganar la Supercopa, el técnico del Barça pide un volante y una solución para Ibrahimovic

Pep Guardiola pidió dos cosas a la directiva presidida por Sandro Rosell desde junio: el fichaje de Cesc o, de lo contrario, que no se traspasara a Touré Yaya y, por otra parte, que se solucionara la situación de Ibrahimovic, circunstancia que significaba ceder o traspasar al sueco, salvo que el Barcelona encontrara una tercera vía. Cuando faltan ocho días para que se cierre el mercado, Cesc continúa en el Arsenal, Touré ha debutado con el Manchester City e Ibra sigue en el Camp Nou.

El Barça ha ingresado a cambio 30 millones de euros por Touré, se ha ahorrado los 40 que ofreció por Cesc y percibió 15 por devolver a Chigrinski al Shakthar Donetsk con el argumento de que entonces necesitaba liquidez para pagar la nómina de los jugadores, decisión que fue asumida de mala gana por el técnico.

Mascherano es la alternativa a Touré, pero el Liverpool lo tasa muy alto
El club asume que el ariete se quede si cambia de papel y acepta ser uno más
Más información
Problemas fiscales para ceder al sueco
Guardiola: "Necesitamos un mediocentro"

Así las cosas, una vez cumplimentada la concesión de un crédito de 150 millones y de que el balance económico de altas y bajas le es favorable, el Barça dispone ahora de dinero para apostar por una contratación importante, al margen de las dos ya formalizadas: la de Adriano, que costó 9,5, millones, y la de Villa, 40, cuya operación fue cerrada por el anterior presidente, Joan Laporta.

Desde la incorporación de Andoni Zubizarreta como director deportivo, a Guardiola le han ofrecido varias opciones desde el club. La más mediática fue la de Özil, contratado finalmente por el Madrid. Ocurre que entonces no se había cerrado aún la de Cesc, prioritaria para él.

A la directiva le ha faltado operatividad y jerarquía para cerrar la carpeta de la plantilla o, al menos, para zanjar el debate mediático y dejar clara la posición del club. El Barça ha perdido la batalla de la propaganda y ha dado la sensación de que existían diferencias entre Guardiola y Rosell. Al equipo del presidente le ha costado más arrancar que al del entrenador y el club no siempre ha protegido al conjunto o se ha excedido como espectador. Interlocutores de una y otra parte intentan reconducir la situación generada porque la mayoría de los cargos de la entidad son nuevos y procuran recobrar también la iniciativa que se le supone al campeón de Liga.

El propio Guardiola ha recuperado la iniciativa después de que el equipo ganara la Supercopa al Sevilla en un partido espectacular. En un momento de duda, el técnico ha reafirmado su confianza en la plantilla del curso pasado, reforzada con Villa, y también en el filial, cuyo protagonismo variará según la situación de los profesionales: el sábado pasado no actuó ningún jugador del Barça B.

Guardiola ha vuelto al punto inicial. Una vez que no tiene a Cesc ni a Touré, ha pedido un mediocentro y recordado la necesidad de solucionar el futuro de Ibrahimovic. Mascherano, argentino del Liverpool, es la alternativa como volante central. El jugador, amigo de Messi, ha expresado a representantes del club su interés para recalar en el Camp Nou. El problema son las pretensiones económicas del equipo inglés, superiores a los 15 millones que ofrece el Barça.

Más complicada es la salida de Ibrahimovic, relegado a la suplencia desde que Messi se convirtió en febrero en el delantero centro. La Pulga ha marcado 27 goles en 22 partidos desde entonces y se ha convertido en el séptimo máximo goleador del club, con 130 tantos. Su nueva posición exige la presencia en las bandas de dos jugadores versátiles, como Villa o Bojan y Pedro, diferentes de Ibra, que funciona como un 9 clásico. La ficha anual del sueco, que ronda los 10 millones, complica, sin embargo, cualquier salida. Guardiola asume que se quede Ibra siempre que cambie su papel y acepte ser uno más.

Pep Guardiola, durante un entrenamiento.
Pep Guardiola, durante un entrenamiento.ENRIC FONTCUBERTA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_