Francia investiga a la más querida
La policía registra la casa en Alpe d'Huez de la campeona Jeannie Longo y detiene a su marido y entrenador, acusado de comprar EPO por Internet
Como Jeannie Longo no hay nadie en Francia, ni siquiera en el mundo, un monumento vivo admirada como poca gente por sus gestas deportivas y, sobre todo, por su fuerte carácter y personalidad. Aún en activo a los 53 años, la ciclista francesa, 13 veces campeona mundial, una vez campeona olímpica, es la persona que la mayoría de los franceses querría ser. O que habría querido ser, ya que desde septiembre pasado ha crecido tanto la duda sobre la limpieza de tantas victorias como pueblan su historial único que bien se podría concluir que hasta los más crédulos se han rendido a los malos pensamientos, y más desde lo que se supo ayer, el registro de su vivienda y la detención de su marido y entrenador, Patrice Ciprelli, acusado de comprar por Internet EPO que consumiría su esposa. Ciprelli permanecía detenido anoche en una comisaría de Grenoble junto a su mejor amigo, Michel Lucatelli, director técnico del equipo francés de esquí cross, quien al parecer fue a correos un día a recoger un paquete sospechoso a nombre de Ciprelli. Longo no fue detenida, pero declaró como testigo.
Lo que ocurrió ayer a las seis de la mañana en un apartamento de Alpe d'Huez propiedad de los Ciprelli ?10 policías lo registraron de arriba abajo? y en una vivienda de una localidad próxima a Grenoble, donde reside la pareja, son un capítulo nuevo de una historia oscura que comenzó a conocerse en septiembre de 2011, cuando se supo que la agencia francesa contra el dopaje (AFLD) la había expedientado por no haber estado disponible para tres controles fuera de competición en 18 meses. Aunque un par de meses después, en noviembre, la propia AFLD la exculpó por una cuestión formal (no había advertido a Longo de que seguía formando parte del grupo de deportistas obligados a comunicar su paradero), ello no impidió que siguiera su curso una investigación paralela y contemporánea abierta a su marido y entrenador, Patrice Ciprelli, por la fiscalía de Grenoble a raíz de una serie de informaciones publicadas por L'Équipe. En ellas se contaba cómo un exciclista norteamericano llamado Joe Papp, dedicado tras su retirada al tráfico con sustancias dopantes, detenido, juzgado y condenado, había empezado a colaborar con la justicia de su país, confesando para tratar de reducir su sentencia de ocho años. Habló de algunos de sus clientes. Habló de Jeannie Longo, quien suele pasar temporadas preparándose en Estados Unidos.
Una serie de intercambios de correos electrónicos entre Ciprelli y Papp, que a través de una web llamada eposino.com ponía en el mercado como intermediario EPO china, probaban que en 2007 el entrenador francés había comprado EPO por 500 euros. Y en una entrevista a L'Équipe, el propio Papp afirmaba que recordaba que Ciprelli le había dicho que la quería para su esposa, y que debía enviarla a la dirección de una tercera persona, Yvonne Ciprelli, madre del técnico. Y aunque no se pudo ir más lejos en un principio ya que los presuntos delitos ?contra la salud pública, la ley del dopaje y la de aduanas, por el contrabando de medicamentos no autorizados? habían prescrito, la fiscalía de Grenoble empezó a investigar. Así descubrieron emails que atestiguaban que hubo nuevas compras de EPO hasta fechas tan cercanas como mayo de 2011, en vísperas de que Longo lograra su enésimo título de campeona de Francia contrarreloj. Ahora peligra no solo su participación en los que serían sus octavos Juegos Olímpicos, sino toda su reputación.
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