"Florentino ha dejado claro el vencedor"
Jorge Valdano señala al presidente del Madrid por su destitución como director general y dice que él intentó evitar la pelea con José Mourinho.- Pérez habla de un nuevo modelo
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, destituyó ayer a su director general deportivo, Jorge Valdano, para organizar el club a gusto del entrenador, José Mourinho. El presidente, que durante dos años empleó a Valdano como brazo ejecutor para realizar sus políticas en el ámbito deportivo, se desvinculó con esta decisión de unas competencias que a partir de ahora pasará a ejercer de pleno el propio Mourinho bajo la égida de José Ángel Sánchez, el director general ejecutivo del Madrid desde 2006, verdadero administrador del club y promotor principal del fichaje del técnico. Con el nuevo organigrama, el presidente satisface la exigencia de Mourinho, que en enero le puso la destitución de Valdano como condición para no abandonar el club.
Bajo presión desde enero, Florentino Pérez barajó dos opciones: destituir al entrenador si no ganaba ningún título, o asumir la continuidad de Mourinho hasta las últimas consecuencias. El apoyo del que goza el portugués por parte de los aficionados, reflejado en el resultado mayoritario de las encuestas que realiza el club, acabó por convencer al presidente. Florentino, que, en palabras de Valdano, no fue capaz de organizar una reunión entre los tres para mejorar las relaciones, tampoco se ve con fuerzas para gobernar el club contra las exhibiciones de simpatía espontánea de los hinchas, favorables a Mou.
Tras eliminar de la ecuación a su hombre de confianza, después de la junta, Florentino Pérez se presentó en la sala de conferencias del Bernabéu con el atuendo y el gesto aséptico que le caracteriza. El mandatario declaró que su decisión se impulsaba en la "manifiesta disfunción" existente entre Valdano y Mourinho. Sin embargo, cuando le pidieron que precisara en qué consistía la descoordinación del ejecutivo y el entrenador, no logró concretar un ejemplo. Los desencuentros entre Mourinho y Valdano, dos personas cuyos ámbitos de acción no son excluyentes, por lo tanto, siguen sin aclararse. En el club nadie ha sabido argumentar en qué consisten las discordancias exactamente porque todos saben que Valdano ocupaba desde hace casi un año un papel meramente informativo, a la sombra de Florentino Pérez.
Valdano apareció en la sala de prensa del Bernabéu sin corbata. Rostro tenso, serio, agotado. Entró 10 minutos después de que Florentino Pérez terminara de explicar su salida del club. Su opinión sobre las desavenencias que le alejaron de Mourinho resultó tan sutil como toda su exposición: "Nunca hubo un enfrentamiento que justificara esa diferencia que marcó el entrenador. La he ido siguiendo más a través de los medios de comunicación que a través de nuestra relación personal. No me parece que haya existido un motivo suficiente para generar un abismo entre los dos. Tiene que ver con una diferencia de sensibilidad que se proyecta a muchas cosas, a la idea del fútbol, a la idea de club, y eso tarde o temprano termina por revelarse. No encuentro hechos tangibles que me ayuden a pensar que hubo un antes y un después de tal situación".
"Yo creo en el diálogo", dijo Valdano, que reconoció que intentó organizar una reunión con Mourinho para limar asperezas. El técnico, según el ejecutivo, se negó: "Le pedí al presidente que organizara una reunión pero no fue posible". Valdano dijo que intentó mantenerse al margen de las insinuaciones hostiles que le lanzó Mourinho desde enero: "Nunca convertí el Madrid en un campo de batalla. Yo hice un esfuerzo de contención. Fui más director general del Madrid que Jorge Valdano. Me sentí obligado por el sentido institucional. Traté de escapar permanentemente a la percepción de que había una batalla porque no era buena para el club. Quiero mucho a este club y puse todo mi esfuerzo en resaltar su grandeza. Si esto se ha percibido como un enfrentamiento, Florentino Pérez ha decantado claramente el vencedor de la lucha".
Valdano, que lleva 27 años entrando y saliendo del Bernabéu, como jugador, entrenador y ejecutivo, describió el panorama que precipitó su caída alertando sobre una posible pérdida de identidad del club: "Tenemos que ayudar entre todos a que se conserven los valores del Madrid. La cultura del Madrid, que es lo que hace diferente a un club. Hubo un momento en el que yo dejé de sentirme cómodo. Sentí que el club se había ido hacia un lugar y yo me había alejado. Me quedé solo. No tiene que ver con Mourinho. Tiene que ver con el club en general. Yo de lo que estoy muy seguro es de que yo no me he movido de mi lugar. Cuando hubo diferencias encontré un solo refugio, que son los valores de siempre del Madrid".
"Es una solución que ha encontrado el presidente ante una situación que no era fácil de administrar y es él quien tiene que dar respuesta a este tipo de inquietudes", dijo Valdano, que se mostró comprensivo y leal al presidente. "Este club necesita estabilidad. Necesita asentarse en un proyecto deportivo. Desde este punto de vista me parece que darle toda la autoridad a Mourinho es una decisión acertada. Es un buen entrenador y el club necesita un liderazgo fuerte".
Florentino Pérez explicó la maniobra, inédita en la forma de organizar un club que, hasta ahora, nunca había girado alrededor de los entrenadores. "Si en el futuro, cuando Mourinho no esté, contratamos a otro técnico potente, seguiremos funcionando así", declaró. "Si no, habrá que adaptar las organizaciones en función de las personas. Con un entrenador tan potente como Mourinho debíamos buscar una organización parecida a la de los clubes ingleses".
Florentino Pérez, en contra de lo que atestiguan otras fuentes del club, dijo que el entrenador no le había pedido la cabeza de Valdano. "Mourinho no ha puesto ninguna condición pero ha ido demandando una autonomía deportiva que es similar a la que se estila en Inglaterra", comentó.
Desde su llegada en 2009, en su segunda etapa con Florentino Pérez, la influencia de Jorge Valdano disminuyó con el paso del tiempo. Comenzó por recomendar el fichaje de un entrenador, Manuel Pellegrini, cuya salida precipitó su pérdida de peso en la toma de decisiones. Sus contrataciones más personales fueron Arbeloa, Xabi Alonso, Albiol, Granero, Pedro León, Garay y Canales. A muchos los observó con suspicacia José Mourinho.
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