Un té con Fàbregas
Cesc exprime como nunca su talento gracias a su mejor preparación física y alimentación
Llega el último al entrenamiento, riendo las gracias de su compañero Van Persie, y saluda a los periodistas españoles mientras se pone los guantes. Luego, habla con Wenger. Es el capitán del Arsenal y se le nota en todo. Basta con verle moverse en el grupo para admitir su liderazgo, tan evidente como que para él un partido contra el Barça no es uno más. En septiembre de 2003, con 16 años, hizo las maletas y se instaló en Londres. "Me enteré tarde, no pude hacer nada", sostuvo entonces Sandro Rosell, que acababa de ser nombrado vicepresidente deportivo del club en la primera junta de Joan Laporta. Han pasado casi ocho años y el que era un niño ahora es el 4 del Arsenal, bocado codiciado por el Barça y el Madrid, el líder de los gunners.
"Es tremendamente perfeccionista, tanto que me hacía sufrir", recuerda Vilanova
"Yo quiero que venga. Acabará aquí. Los jugadores van donde quieren", dice Xavi
Cesc está listo para una noche de acción. Lleva tres goles en tres partidos en esta Champions y, físicamente, está mejor que nunca. Después de 295 encuentros con el Arsenal, se mide por segunda vez en su carrera al que fuera su equipo en un partido que, como nunca, dura para Cesc 180 minutos: la vida le ha brindado una segunda oportunidad de pisar el Camp Nou porque hace un año compareció en la cita de ida con molestias y, al marcar el penalti que valió el empate a dos en el Emirates, se rompió.
La historia es distinta esta vez y su estado físico no se parece en nada al de cursos anteriores. Durante los dos últimos años, cada tres partidos sentía molestias. El pasado 18 de septiembre se lesionó por última vez. Y dijo basta. Harto, habló con su entrenador y buscó remedio. Se trajo de Barcelona a Juan Ferrando, un preparador físico dedicado a cuidarle, que modificó tanto sus costumbres de trabajo como de recuperación. Reequilibró musculaturas, dejando descansar los isquiotibiales, colapsados, y fortaleció otros paquetes musculares para dar descanso a una zona que en la ecografía es un poema. Además, retocó hábitos dietéticos, aumentando dosis de calcio y potasio y, sobre todo, antioxidantes. Desde entonces, no hay día que Cesc no se tome dos tazas de té verde ni entrenamiento que no termine con una sonrisa: "Estoy bien".
Tan bien está que desde el sorteo tiene el partido entre ceja y ceja. "El año pasado respetamos demasiado al Barça. Tenemos que hacer lo que sabemos. No hemos de tener miedo. Son el mejor equipo, lo sabemos, pero somos un conjunto joven, con suficiente calidad y energía, y estamos muy motivados", advierte.
"Cesc es la competitividad hecha futbolista", revela Tito Vilanova, segundo entrenador del Barcelona y técnico de Cesc durante seis meses en el Cadete azulgrana. "Es tremendamente perfeccionista, tanto que me llegaba a preocupar. Me hacía sufrir porque nunca estaba satisfecho. Ganábamos por 5-0, le decías 'bien, Cesc, has jugado bien' y él te contestaba: "No, míster; mal. He perdido una pelota", recuerda. Wenger sable de qué habla su colega: "Fàbregas es como un entrenador, un fanático del futbol, y siempre quiere ganar, ser eficiente, estar concentrado. Tiene un deseo increíble de vencer, una gran mentalidad porque es un campeón. Siempre piensa: 'Qué necesito hacer para ganar, cómo puedo ayudar al equipo".
Bien le conoce también Iniesta, que recibió de Cesc el pase del gol en la final del Mundial. "Siempre le deberé un pase. Cuando quiera, le invito a cenar", bromea. Según Mascherano, que le sufrió con el Liverpool, el juego de Cesc es "muy dinámico, se nota que se ha criado en La Masía".
Para los jugadores del Barcelona resulta complicado ver a Cesc como un adversario. "Es uno de los nuestros. En la selección española siempre está con nosotros", admite Pedro. Valdés ahonda: "Digo que es mi hermano para defenderle de los ataques continuos de Piqué. Pero no lo puede evitar: me traiciona, se acaba aliando con Gery y me la lían. Verdaderamente, son como hermanos". El portero azulgrana destaca también la capacidad de Cesc para jugar entre líneas y su gran llegada: "Siempre sorprende. Si controla al pisar el área, su facilidad para definir es tremenda".
Mientras el Madrid aspira a su fichaje y el Barcelona busca recursos para devolverle a casa, gente como Xavi asume que Cesc es especial. "Es el capitán del Arsenal, la bandera, el líder. No es un cualquiera", dice lleno de respeto; "si estuviera en un club como el Blackburn, le sería más fácil irse. Quiero que venga. El Barça tiene muy claro su estilo y no muchos pueden participar en él, no es fácil. Cesc encajaría perfectamente Creo que acabará aquí. Los jugadores van donde quieren".
Hace años que Fàbregas soñó llevar el 4 el Barcelona. Guarda en casa la camiseta que le firmó Guardiola cuando era cadete: "Algún día serás el 4", le dijo Pep. De momento, es un gunner y tiene una cita con el Barça. Antes se tomará un té verde.
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