Eslovenia le dura un asalto a Navarro
España corrige su flojo inicio, desarbola al grupo de Maljkovic y se medirá en semifinales a Macedonia
El vendaval de juego español desarboló a Eslovenia, que acabó en desbandada tras haber enredado lo suyo. El partido, pese a la réplica inicial de los de Maljkovic, retrató la abismal diferencia entre unos y otros. Liderada por Navarro, deslumbrante, ejecutor implacable, y por Pau Gasol, por una vez más avasallador en el rebote que en la anotación, España facturó su pase a las semifinales en las que se enfrentará mañana a Macedonia, que dio la sorpresa al eliminar a Lituania. La pinta del equipo español intimida y se acerca a la que desplegó en el anterior Europeo de Polonia, donde ganó sus últimos cinco partidos con tremendas palizas a sus rivales.
Los eslovenos, por momentos, refrendaron la fama de astuto zorro vestido con piel de cordero que precede a su entrenador Bozidar Maljkovic. Sembraron de minas la cancha, se anticiparon muy a menudo en las transiciones y se hartaron de robar balones. Sus pívots se desenvolvieron con una contundencia inusitada, como si no supieran que las faltas se pagan con tiros libres y ración de banquillo. Y sus tiradores afinaron mucho más que los españoles; de entrada, erráticos. Frente a esa disposición en el tablero, el juego español resultó deslavazado, oxidado por muchas rémoras. Le carcomió el estadillo: seis pérdidas y un solo robo de balón, producción prácticamente inversa a la de los eslovenos, una defensa que concedió 14 puntos en los cuatro primeros minutos y un bajísimo porcentaje en el tiro exterior, con una serie de cero de cinco triples. Los eslovenos parecieron durante un instante muchísimo más de lo que son: Begic y Lorbek les dieron unos problemas enormes a los hermanos Gasol, mientras que Lakovic, Ozbolt y Udrih se veían capaces de contener a Calderón, Navarro y Rudy al tiempo que clavaban triples.
ESPAÑA, 86 - ESLOVENIA, 64
España (16+19+36+15): Calderón (9), Navarro (26), Rudy (8), Pau Gasol (19) y Marc Gasol (7) -equipo inicial-, Reyes (3), Ricky, San Emeterio (2), Llull (3), Claver, Sada e Ibaka (9).
Eslovenia (23+8+14+19): Lakovic (3), Muric (4), Z. Dragic (2), Begic (10) y Lorbek (7) -equipo inicial-, Slokar (4), Ozbolt (6), Rupnik (2), Smodis (6), Udrih, G. Dragic (14) y Jagodnik (6).
Árbitros: Christos Christodoulou (GRE), Ilija Belosevic (SRB) y Olegs Latisevs (LET). Sin eliminados.
Pabellón: Kauno Arena de Kaunas ante unos 5.000 espectadores.
El punto de inflexión empezó por una mejora del rendimiento defensivo español
Pau Gasol estuvo imperial en el rebote y fue una gota malaya en el ataque
El punto de inflexión empezó por una mejora del rendimiento defensivo de España, que se puso en zona, y mantuvo a buen recaudo el rebote bajo su aro. Le costó a Pau Gasol afinar en el tiro, pero sacó muchas faltas y, como su hermano Marc, sumó mucho desde la línea de tiros libres. Una canasta de Felipe Reyes adelantó a España en el marcador (29-28) en una fase en la que Eslovenia se quedó sin pólvora, otro distintivo de alguno de los equipos que ha dirigido Maljkovic, más basados en labores de zapa y en recortar las alas a sus rivales que en su propio potencial atacante.
Navarro, una vez que España logró evitar los cepos eslovenos en las transiciones y destrabó el ritmo de juego, intensificó su recital. Sus 17 puntos en el tercer cuarto desequilibraron el pulso. Pau Gasol estuvo siempre al quite, imperial en el rebote y una gota malaya en el ataque. Entre ambos habían anotado tantos puntos como todo el equipo esloveno junto llegado ya el minuto 27. Era todo un síntoma de la jerarquía española, reflejado por un marcador que dejó liquidado el asunto muchísimo antes del final (62-38).
Ibaka, Rudy, Calderón, que dio un susto en una fea acción de Goran Dragic, y hasta Llull y Ricky Rubio, pese a su preocupante saldo ofensivo, completaron el recital de Navarro. No tuvo siquiera que comparecer el capitán español en el último cuarto para concluir con 26 puntos. Maljkovic había sorprendido de salida, cuando puso a su equipo a correr, algo que no había hecho a lo largo de todo el campeonato. A la que Scariolo tomó nota y Calderón y Ricky actuaron en consecuencia, con mucho más mimo del balón y mejor sincronización entre el juego interior y exterior, España liquidó el asunto. Lo que empezó siendo un embrollo, acabó siendo un ciclón español camino de su séptima semifinal europea seguida.
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