Barcelona vuelve a arder por el Barça
La policía detiene a 104 jóvenes por provocar incidentes en el centro de la ciudad
Las conquistas del Barça no le sientan bien al orden público de la ciudad que se desvive por el equipo. La celebración por el título de Liga degeneró esta madrugada, como viene siendo habitual, en una batalla campal por las calles del centro de la ciudad. La fiesta lúdica programada en la plaza de Catalunya, donde los aficionados culés pudieron ver en directo a sus ídolos en el Camp Nou, perdió la partida contra la más salvaje orgía desarrollada en torno a la fuente de Canaletes. La batalla campal se saldó con 104 detenidos por desórdenes públicos y atentado a la autoridad y 119 heridos leves, han informado los Mossos d'Esquadra.
La Rambla volvió a ser testigo mudo de los enfrentamientos entre la policía y un puñado de jóvenes que, desde el principio de la noche, buscaron el contacto con los antidisturbios. A fe que lo lograron. El centro de la ciudad curará cuando amanezca unas heridas que ya conoce: los disturbios dejaron decenas de semáforos decapitados, papeleras arrancadas y otro mobiliario urbano seriamente dañado. El erario público se resentirá por ello. También resultaron afectados algunos comercios, cuyos escaparates sufrieron roturas. El caso más grave fue el del establecimiento de moda Desigual. Un grupo de jóvenes rompió los vidrios del establecimiento y encendió dos hogueras: una dentro de la tienda y otra, más grande y alimentada con los plásticos de un andamio cercano, fuera, en la calle.
A diferencia del año pasado, no hizo falta esperar demasiado para que se produjeran los choques violentos. Lo que iba a ser una noche de domingo festiva degeneró con rapidez en una madrugada de desórdenes. Pasadas las nueve de la noche, es decir, poco después de que el Barça se proclamara campeón, miles de personas (unas 30.000, según la policía) se congregaron en el centro para celebrar el título. Familias con hijos y turistas se concentraron en la plaza de Cataluña. Los más jóvenes optaron por la tradicional fuente de Canaletes, desde donde salieron los principales incidentes. Las bengalas y petardos convirtieron La Rambla en un lugar estruendoso donde se abrían botellas de cava para celebrar el triunfo.
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