Argentina, por los pelos

Demasiados fantasmas sobrevolaban anoche el estadio Monumental del River Plate. El de la última vez que Argentina quedó afuera de un Mundial, el de México 1970, a manos de Perú. El del presunto soborno a algunos de los jugadores peruanos que perdieron 6-0 ante la albiceleste en la Copa del Mundo de 1978, cuando la dictadura militar asolaba Argentina. La noche de Buenos Aires podía resultar terrorífica para el equipo de Diego Maradona y Lionel Messi si en la penúltima jornada de las eliminatorias suramericanas para Suráfrica 2010 no vencía a la ya eliminada selección peruana. En una nueva actuación anárquica del plantel del Pelusa, y bajo una lluvia torrencial, los argentinos debieron echar mano del veterano goleador del Boca Juniors para lograr una victoria dramática por 2-1 en el minuto 92. Argentina ya no está en zona de repesca sino de clasificación directa.

En la primera media hora del primer tiempo parecía que los argentinos habían encontrado la poción para enfrentar los espectros. El clásico toque argentino entre Pablo Aimar, Ángel Di María y Messi resultaba una fórmula fácil para dominar por completo a un plantel peruano que hacía las veces de espectador, pero la historia se revertía cuando el balón entraba al área. Higuaín no acertaba en la definición, Messi no se hacía presente cerca de la portería porque debía retrasarse para acompañar a un Aimar que volvió con su buen estilo a la selección argentina después de tres años de ausencia. José Chemo Del Solar arrumaba jugadores atrás, ni se preocupaba por si Juan Vargas, Johan Fano y Luis Ramírez lograban algún contragolpe, que en la primera etapa nunca se concretó.

Argentina necesitaba ganar para que su acceso a la repesca no dependiese de otros. Ante un estadio que casi se llenó a último momento, el césped fue regado para darle velocidad al juego, como le gusta a Messi y a los otros futbolistas que juegan en España. Pero los argentinos terminaron resbalándose de tanta agua. Después de varias oportunidades, el equipo de Maradona se fue desdibujando una vez más, como el partido con Brasil del mes pasado, y el público comenzó a pedir que ingresara Martín Palermo, el veterano ídolo del Boca Juniors. "Movéte Argentina, movéte; móvete, dejá de joder, que esta hinchada está loca, hoy no podemos perder", se impacientaba el Monumental, que sabía que un empata ponía en riesgo el acceso al Mundial, que Argentina definirá el próximo miércoles en Uruguay.

Argentina no se movió hasta el tercer minuto del segundo tiempo. En los primeros segundos del segundo tiempo, con Palermo en el campo, en lugar de Enzo Pérez, Perú mostró su poder ofensivo y Vargas estrelló un remate en el larguero. Justo en el momento en que Argentina volvía a evidenciar el caos maradoniano de los últimos partidos, Aimar habilitó a Higuaín, que terminó anotando en su debut. A partir de entonces, los ánimos de jugadores, entrenador e hinchas se tranquilizó. Argentinos y peruanos se relajaron y el juego dejó la puerta abierta para que cualquier hiciera el segundo gol. Perú estuvo más cerca de hacerlo. Di María intentaba apuntalar a Argentina, pero el Messi que brilla en el Barcelona volvía a defraudar a los argentinos y Aimar también se iba esfumando. Llovían los balones para el cabezazo de Palermo. También diluviaba en Buenos Aires. Ramírez y los suyos hacían sufrir a los argentinos que estaban pendientes de los resultados de Ecuador-Uruguay, Colombia-Chile y Venezuela-Paraguay. Maradona reforzó la defensa: Demichelis ingresó por Higuaín. No alcanzó: en el minuto 89 Rengifo empató el partido y enmudeció al Monumental. Pero la noche porteña iba a tener un héroe: Palermo anotó a los 92 y se largó a llorar.