Anand reinará dos años más
El indio causa un drama nacional en Bulgaria tras ganar a Topálov por 6,5-5,5
La genialidad y entereza del indio Viswanathan Anand, de 40 años, residente en Collado Mediano (Madrid), se impusieron (6,5-5,5) a la fogosidad del búlgaro Véselin Topálov, de 35, vecino de Salamanca. Este, héroe nacional, perdió el control de los nervios en la última partida, que empezó con la ventaja de las piezas blancas y el marcador igualado. Su dramática derrota tiene el consuelo de 640.000 euros. Anand, campeón desde 2007, cobrará 960.000, una vez descontado el 20% de la Federación Internacional (FIDE).
"La amenaza es más fuerte que su ejecución", dejó dicho uno de los grandes sabios de la historia del ajedrez, Aaron Nimzóvich (1886-1935). Como Topálov reconoció en la conferencia de prensa posterior, la amenaza de tener que jugarse el título el jueves a partidas rápidas contra el genial Anand -probablemente el ajedrecista más rápido de todos los tiempos- hizo que el búlgaro adoptara una táctica suicida en la jugada 31, cuando aún disponía de defensas sólidas. El resto fue una ejecución despiadada.
En ese momento crítico, Aruna, la esposa de Anand, intentaba tapar sus nervios, con las manos cubriéndole la cara, en la oscuridad de la última fila del patio de butacas, asignada por la organización a las delegaciones de ambos finalistas para evitar cualquier contacto visual con los jugadores. Esta vez no ha habido sospechas de trampas con ayudas de computadoras porque el escenario estaba separado de los espectadores por una gigantesca cortina opaca, de modo que Anand y Topálov sólo veían oscuridad, pero sí podían ser observados por los aficionados.
La derrota de Topálov se mascaba, sus ayudantes habían desaparecido y entre el público reinaba la tristeza, en un silencio sepulcral. Tras unos cuantos movimientos desesperados, el búlgaro de Salamanca ofreció su mano a Anand en señal de rendición, y el silencio fue brutalmente roto por un grito estentóreo en alemán: "¡Ja! (¡Sí!)". Era Hans-Walter Schmitt, jefe de la delegación del indio, que reflejaba en un monosílabo la enorme tensión de tres semanas de competición y varios meses de preparación.
"Ha sido el duelo más intenso que he disputado en mi vida", reconoció Anand en cuanto tuvo un micrófono cerca. Y añadió: "Véselin es un luchador excepcional. De modo que esta mañana me he levantado con una mezcla de sensaciones opuestas. Podía ser el día más feliz de mi vida, o el más triste, o un simple aperitivo para el desempate de partidas rápidas del jueves. Lo que ha pasado es que mi rival no ha aguantado la tensión nerviosa en la última partida de un duelo agotador".
Ciertamente, el nivel de combatividad y emoción ha sido uno de los más altos en la secular historia de los Campeonatos del Mundo, sin un solo empate aburrido. Anand perdió con un mal juego el asalto inaugural, probablemente por los nervios del primer día. Pero ganó al día siguiente, empató la tercera partida y triunfó con una obra de arte en la cuarta. Sin embargo, el cansancio le pasó factura después, y Topálov lo aprovechó en la octava para igualar el marcador. Después de tres tablas consecutivas, Topálov tenía la gran oportunidad con las piezas blancas en la última, pero esa ventaja fue un bumerán por la tensión nerviosa, en un país donde el ajedrez es muy popular.
"¡Todas las cadenas de televisión indias han interrumpido sus programas para dar la noticia!", exclamó Aruna tras hablar con su familia por teléfono. Más de 15 siglos después de que, supuestamente, el ajedrez fuera inventado en India, un indio seguirá ocupando el trono a una edad, 40 años, supuestamente excesiva para tal honor.
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