El movimiento antidesahucios logra parar el primer desalojo en Girona
La juez se compromete a mediar entre el BBVA y la familia afectada
Un sofá, una mesa de plástico de las de terraza veraniega y una cómoda desvencijada es lo que quedaba ayer por la mañana de lo que un día fue el hogar del marroquí Meziane Sefioune, su mujer y sus tres hijos en Salt (Gironès). Una hora antes del momento previsto para la ejecución del desahucio, Sefioune se encerró en su piso de 50 metros cuadrados mientras los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) obstruían la puerta de entrada al edificio para impedir la entrada del secretario judicial. Pero no apareció nadie. La PAH consiguió detener el desahucio. Sefioune puede respirar tranquilo hasta dentro de un mes, la fecha marcada para el segundo intento.
El desahucio de Sefioune es el primero en el que interviene la asociación local de la PAH en Girona. La plataforma, que ha logrado aplazar decenas de desahucios en Barcelona (dos esta semana), entró en escena en esta provincia hace solo dos meses. La PAH consiguió su objetivo. La juez de Girona aplazó la ejecución para dentro de un mes y se ha comprometido a mediar entre Sefioune y el BBVA, entidad que le concedió una hipoteca por 80.000 euros que el hombre no puede pagar. "Quiero hacer un llamamiento a los trabajadores sociales. Que sepan que ellos pueden ayudar a las familias", instó la portavoz de la PAH de Girona, Marta Afuera.
En 2004 Sefioune firmó una hipoteca para comprar un piso de tres habitaciones. Fue pagando las cuotas, establecidas primero en 350 euros al mes y luego en 500, hasta que se quedó sin trabajo. Lleva dos años en el paro. "No tengo ayudas ni trabajo", explicaba. "No puedo pagar un alquiler". La familia, por si acaso, cuenta con la opción de ir al piso de unos amigos. "A esta gente se la está dejando en una situación de marginación total", declaró Afuera.
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