El 18% de los barceloneses sufren una alta contaminación acústica
Sarrià, de día, y Gràcia, de noche, los distritos más ruidosos de la ciudad
El Ayuntamiento de Barcelona dispone de un nuevo mapa de la ciudad que refleja por calles, e incluso por tramos de vía, el ruido que soportan los vecinos. Mucho, aunque el informe final lo relativice aduciendo que Barcelona es una ciudad mediterránea con alta ocupación del espacio público (la calle) y, especialmente, mucho tráfico privado. De hecho, el tráfico es la primera causa de ruido, seguido del ocio nocturno y la industria. El Consistorio, consciente de la situación, trabaja en una nueva ordenanza contra el ruido que debe estar lista a principios de año. Esta norma dará paso a los programas de actuación que adecuen el sonido real al máximo aceptable.
El mapa deja claras algunas cosas: de día, más del 18% de la población soporta un ruido superior a 70 decibelios, que es el límite admisible; de noche, la situación varía, tanto en número de gente afectada (cae al 8%) como en lo no admisible: por encima de los 65 decibelios. Durante el día, el distrito en el que más se supera el ruido admisible es Sarrià, debido al tráfico; de noche, en cambio, la palma se la lleva Gràcia, seguida de Ciutat Vella.
Diecinueve ejes comerciales de la ciudad son fuente de ruido
Ciutat Vella tiene zonas ruidosas como la plaza Reial y el entorno de La Paloma
Las calles de la Sagrada Familia se hallan entre 65 y 76 decibelios
La plaza de Alfons Carles Comín registra índices de casi 80 decibelios
En Nou Barris hay zonas tranquilas: Canyelles, Roquetes y Trinitat Nova
Los planes de actuación prevén cosas muy diversas. Por ejemplo, ampliar aceras y reducir el tráfico en calles con alta densidad de vehículos. O que las ambulancias salgan de fábrica con un dispositivo que impida a los conductores el sonido máximo después de las 22.00 horas. Son dos medidas diferentes, pero ambas imprescindibles si se pretende reducir el ruido (límites de "inmisión acústica", en la lengua de la burocracia) que soportan los ciudadanos. En cualquier caso, los planes de actuación serán públicos y elaborados con la participación vecinal. La normativa actual divide la ciudad en cuatro zonas de sonido; la que se apruebe en 2009 establecerá nueve zonas. Valga un ejemplo: la ordenanza vigente considera que el sonido lógico en una calle como Torrent de l'Olla (de alta densidad de tráfico) es la misma que la que se atribuye a la calle de Montalegre, hoy semipeatonal. El mapa ayudará a cambiar las cosas.
El nuevo mapa del ruido de Barcelona sustituirá al de 1997 y recogerá las directrices elaboradas por la Unión Europea. Así, no sólo se tiene en cuenta el tráfico que soporta el tramo de calle (no toda la calle como en el mapa anterior), sino que se han efectuado las mediciones a la altura de dos pisos y no desde el suelo, donde el ruido es menor. Se ha tenido en cuenta también la situación de los vecinos (en área residencial) y los porcentajes de viviendas con habitaciones a fachada y a zona interior.
El resultado es el siguiente: si se tiene en cuenta la normativa de la Generalitat, que parte de tramos zonales, el 19% de la población soporta de día un ruido superior a los 70 decibelios. Pero si se considera la población realmente afectada, a partir, como ha hecho el actual mapa, del censo de residentes, el porcentaje cae al 18%. No es una gran diferencia, pero si los datos que se consideran son los nocturnos, la situación sí varía. La Generalitat cree que en el 33% de Barcelona hay zonas en las que se superan los "límites de inmisión" y el 26% está en el límite de lo tolerable; en cambio, el mapa real señala que sólo el 8% de los 1,6 millones de barceloneses soportan un ruido superior a los 70 decibelios y que el 25,9% se hallan en zonas donde el ruido se sitúa entre 65 y 70 decibelios.En líneas generales, el ruido más intenso se produce de día: entre las 7.00 y las 21.00 horas, y el tramo horario más tranquilo es el que va de las 3.00 a las 4.00. El principal factor de ruido es el tráfico, con vías especialmente ruidosas, como las grandes infraestructuras. El informe considera a este efecto las rondas, la Ronda del Mig entre Gran Via y Lesseps, la Diagonal (entre Esplugues y la calle de la Marina), la Gran Via y los inicios de la Meridiana. Por distritos, el que globalmente soporta mayor ruido del tráfico es el Eixample.
La diferencia entre el ruido diurno y el nocturno está muy vinculada a la tipología de las calles, con influencia de factores tan diversos como el tráfico global, el tipo de asfalto y si se trata de una calle transversal (paralela al mar y, por tanto, sin subidas y bajadas) o longitudinal y con mayor o menor pendiente. Otros factores causantes del ruido son el ocio nocturno, la industria y los ejes comerciales. El mapa define 19 ejes que producen altos niveles de ruido; en el Eixample, el paseo de Gràcia, Rambla de Catalunya, Sant Antoni y el corazón del distrito; en Sants, el largo eje que forman la carretera de Sants y la calle de la Creu Coberta; en Les Corts, el eje comercial que llega hasta Sants; en Sarrià, la calle Gran de Sarrià y el paseo de Sant Gervasi, y en Sant Martí, el centro del Poblenou.
Las zonas con menos ruido son los interiores de manzana y los parques, aunque algunos de estos soportan el sonido del tráfico de proximidad.
El ruido nocturno es otro cantar. Los principales focos de sonido se hallan en Ciutat Vella (el Gòtic y el Raval), en la zona izquierda del Eixample, en torno a Galvany (en el barrio de Sant Gervasi), en toda la antigua villa de Gràcia (si bien en esta zona se ha reducido considerablemente el impacto del tráfico en algunas calles) y, finalmente, en las zonas de Llacuna y Vila Olímpica, en el distrito de Sant Martí.
Sant Martí sufre, además del ruido vinculado al ocio nocturno, la existencia de 138 hectáreas industriales (es el segundo foco en importancia de la ciudad). Por delante sólo está la Zona Franca (419 hectáreas industriales) y por detrás destaca Sant Andreu (80 hectáreas).
El mapa del ruido consta de dos tipos de informes. Uno incluye la totalidad de Barcelona. El segundo describe, de modo más que minucioso, cada uno de los distritos de la ciudad. En ambos casos, los mapas distinguen entre día y noche.
- Ciutat Vella. El aumento de calles peatonales ha producido una cierta reducción del ruido. No obstante, el 29% de la población del distrito sigue expuesta a altos niveles. El 29% soporta, en franjas diurnas, un sonido ambiente de entre 65 y 70 decibelios, y el 2,5% incluso por encima de esta frontera. De noche, las zonas más ruidosas son la plaza Reial, la Rambla del Raval, los entornos de la sala La Paloma, el paseo del Born, la calle de Escudellers y los entornos de la calle de Orwell. En el barrio de la Barceloneta se registra un ruido que incluso supera los 80 decibelios en las cercanías de la Ronda Litoral. Otra vía ruidosa es el paseo de Joan de Borbó, con tramos que oscilan entre 65 y 70 decibelios. En el resto del distrito, las calles más castigadas son la Via Laietana, Fontanella, Paral·lel, Pelai y algunos tramos de Princesa, además del paseo de Colom y La Rambla.
- Sants. El distrito se halla muy expuesto al ruido del tráfico en la Gran Via, el Paral·lel y la calle de Sants, pero también tienen un sonido notable la avenida de Madrid y su prolongación en la calle de Berlín y las calles de Tarragona y Creu Coberta. Esta última, como la carretera de Sants, sufre también las consecuencias de la alta actividad comercial. Un caso aparte es el polígono de la Zona Franca, con sonido de origen industrial.
- Eixample. El tráfico castiga a todo el distrito, pero hay algunas calles muy por encima de la media. Son la Diagonal, la Gran Via, Balmes y Aragó. Con menor intensidad, pero por encima de la media, se sitúan Comte d'Urgell y Marina. Pero el distrito sufre también, en relación con el ruido, la existencia de potentes ejes comerciales, sobre todo la Rambla de Catalunya y el paseo de Gràcia, así como de una fuerte diseminación de locales de ocio nocturno que castigan, sobre todo, a los residentes en las noches de fin de semana. Un caso aparte es la Sagrada Familia. Las calles limítrofes (Provença, Mallorca, Sicília y Sardenya) se hallan, en general, entre 65 y 76 decibelios, e incluso en el interior del parque que lleva el nombre del templo se registran 70 decibelios.
- Les Corts. El ruido del tráfico se centra en las vías de alta densidad: la Ronda de Dalt, la Ronda del Mig y la Diagonal, pero no quedan lejos la avenida de Madrid (por encima de Aragó y Balmes) y la Travessera de les Corts. Se registran también ruidos vinculados a grandes superficies (L'Illa Diagonal y El Corte Inglés). Una característica del barrio es que algunas calles estrechas soportan un ruido por encima de lo previsible, por ejemplo, la de Galileo y la de Arizala, ambas por encima de los 70 decibelios. En cambio, los locales de ocio nocturno se hallan dispersos y alejados de las zonas residenciales, como en la Zona Universitaria.
- Sarrià. Es uno de los distritos más ruidosos y de los que cuentan con más puntos sensibles que exigirán otro resultado, como centros sanitarios, bibliotecas, residencias para personas de edad y escuelas. Hay 390 puntos especialmente sensibles al ruido. A la vez, soporta no pocas vías con sonido por encima de los 70 decibelios: entre otras, la Diagonal, la Ronda del General Mitre, Balmes, Muntaner, Via Augusta, el eje que forman Reina Elisenda y los paseos de Sant Gervasi y la Bonanova, y la avenida de Sarrià. Otras calles rozan los 70 decibelios. Entre ellas están las de Mandri, Vergòs, Sant Joan Bosco y la avenida de Pau Casals. Dos de los barrios del distrito se encuentran entre los más tranquilos de Barcelona: Vallvidrera y Les Planes.
Los vecinos se quejan muy poco
La principal causa del ruido en la ciudad, el tráfico, es una de las que ocasionan menor número de quejas de los vecinos. Como si éstos hubieran asumido fatalmente que así son las cosas y no queda otra cosa que aguantarse. Lo cierto es que la primera causa de quejas ciudadanas relacionadas con el ruido son las obras que se realizan en la vía pública (el 13,9% de las reclamaciones presentadas). El tráfico, en cambio, sólo origina el 3,8% de las quejas.
El segundo hecho que lleva a los barceloneses a quejarse de ruido en las oficinas municipales son actividades que se realizan en las calles (el 11,8% de las quejas), sin contar en este apartado el ocio nocturno, que es la tercera causa en importancia (11,2%). Le sigue la actividad musical en la vía pública (9,8%), sin que en este bloque figuren las casi inexistentes quejas por el sonido similar a la música del algunos turismos conducidos por gente escasamente respetuosa con los demás. Otros motivos de queja de los barceloneses son los vehículos que trabajan para el Ayuntamiento de Barcelona en tareas de limpieza, la carga y descarga, los aires acondicionados y los aviones y helicópteros que sobrevuelan la ciudad.
El mapa del ruido de Barcelona no recoge parte de estas molestias que sufren los ciudadanos. Es decir, el ruido de un martillo neumático que perfora la calle, el estrépito de una moto sin silenciador o en la que el conductor acelera sin otro motivo que hacer ruido, los gritos de los borrachos en algunas zonas de la ciudad, en la medida en que son esporádicos, no aparecen registrados en el mapa, que trabaja con valores medios y sostenidos. Lo que el mapa busca es describir la situación media de 14.000 puntos de la ciudad, para lo que se han realizado 2.309 mediciones de corta duración y 109 con un tiempo más prolongado. El resultado es la división de la ciudad en tres zonas de sensibilidad acústica: alta, baja y moderada, que significan lo contrario de lo que sugieren: en la zona de sensibilidad alta es donde hay menos ruido; en la baja, es donde se produce más.
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