Ocio, negocio o seguridad
El consorcio de Collserola organiza batidas hasta febrero para cazar jabalíes
Los cuerpos de seis jabalíes yacían a los pies de un platanero: cuatro jabalinas, un jabato y un verraco. Este fue el botín logrado ayer después de siete horas de batida por el parque natural de Collserola. El consorcio del parque, junto con el Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat, permite realizar actividades cinegéticas controladas un sábado al mes entre octubre y febrero.
Ocio, negocio y seguridad coinciden en la práctica. Mientras los cazadores se citan con su pasatiempo, a los vecinos les tranquiliza y el parque ahorra. "Las quejas de propietarios de huertos que bordean el parque son recurrentes, lamentan el destrozo de sus terrenos por los animales", comentó el agente rural, quien controló que ni ciclistas ni vecinos accedieran a la zona acotada para la cacería. Marie Paule Zwickert, propietaria de la escuela de hípica Can Masseguer, no ha sufrido todavía ningún incidente. "No me molestan los jabalíes, forman parte del parque, pero me preocupa que los cacen en sábado, el día que vienen más niños a la escuela".
"Aquí está mal visto cazar; te vas a Sierra Molina y lo ven como un deporte", terció José Antonio Ortiz, de 67 años, miembro de la asociación de cazadores de Sant Feliu. Su presidente desde 1987, Miguel Duran, también lamentó que no se reconozca su aportación económica a un problema de seguridad: "Al erario público le cuesta más de 400 euros cada jabalí eliminado. Nosotros costeamos toda la batida", integrada por los 37 cazadores y los perreros con sus 41 rastreadores. Lo interesante, en opinión de Duran, "es la mezcla entre el compromiso que ofrecemos a los vecinos y nuestra afición a la caza".
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