Antojo de morcilla patatera
Vicente Sánchez Cano es un extremeño militante que abandonó su profesión de banquero para montar una tienda de productos de su tierra. Y, claro, le puso un nombre típico, El Miajón de los Castúos, como el título de un libro del autor popular Luis Chamizo que recuerda la esencia de lo extremeño: miajón es la miga, y castúo, la casta, además de ser un habla local.
Hay pocos lugares que se dediquen en exclusiva a productos extremeños, y Sánchez Cano tuvo una enorme visión. El establecimiento se convertiría, casi de inmediato, en mesón, y el mesón, con igual rapidez, alcanzaría un éxito inesperado. Y la parroquia es mucho más que extremeña.
Es El Miajón un lugar de tapeo, pero de buen tapeo. Se puede elegir entre un castúo o un miajón, como se han bautizado aquí tapas y montados; o un suculento plato de jamón de la dehesa de Extremadura; o ensaladas de ventresca con pimiento, tomate y espárragos. Son raciones abundantes, lo cual contribuye a que el lugar esté cada vez más solicitado.
EL MIAJÓN DE LOS CASTÚOS
Serrano, 220. Madrid.
Teléfono 914 11 66 47.
Cierra domingo tarde.
Todo es extremeño: el jamón, el lomo, el resto de productos del cerdo, algunos menos conocidos, como el caldillo o la morcilla patatera; quesos del lugar, como la Torta del Casar, Ibores o de La Serena; espárragos o pimientos; vino de la denominación de origen Guadiana y aledaños, que para muchos se dan a conocer en El Miajón; y dulces como los bombones de higo o el turrón de Castuera. Sólo algunas conservas de bonito del norte, berberechos o mejillones no proceden, naturalmente, del campo extremeño.
El primer Miajón de los Castúos se fundó, y allí sigue, en la calle de la Infanta Mercedes. El negocio empezó a quedarse pequeño y los promotores encontraron un local en la parte alta de la calle de Serrano, en un rincón estratégico, junto al hospital de San Rafael. Se esperan más.
Ovidio Matamoros, hombre de confianza de Sánchez Cano, es el alma del local. Se encargó de poner en alza el nuevo Miajón y de mantenerlo en las alturas gastronómicas. Excelente profesional, buen jefe, maestro en el arte de cortar jamón y perfecto relaciones públicas, sabe manejar como nadie al público variopinto que merodea por este barrio de Madrid y que, en los días de fútbol en el Bernabéu, muestra su cara más amable, él que es del eterno rival, el Atleti.
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