Un puente entre Europa y Asia

La Bienal Internacional de Fotografía de Córdoba, que hoy inaugura su 12ª edición, propone al espectador un viaje. Un tránsito desde Extremo Oriente hasta el Atlántico, cruzando el Bósforo como puente entre Asia y Europa. Más de 70 fotógrafos de ambos continentes (Corea del Sur, China, Turquía, Francia y España, entre otros países) coinciden en una quincena de exposiciones que podrán visitarse hasta el 10 de marzo.

Juan Carlos Limia, responsable de la muestra, organizada por el Ayuntamiento de Córdoba con la colaboración del Centro Andaluz de la Fotografía, destaca del conjunto expositivo, a varios artistas. Entre ellos, al surcoreano Han Sungpil, cuya colección Façade (expuesta en la Sala Orive) recoge imágenes de fachadas imposibles que hipnotizan al espectador. "Su obra es muy interesante. Pero casi lo es más el proceso que sigue para crearlas", afirma Limia. Los asombrosos juegos perceptivos que propone el fotógrafo invitan a pensar inmediatamente que uno se encuentra ante una muestra más de arte digital, convenientemente tratado con programas informáticos en un ordenador. "Pero no es así. No hay nada de Photoshop en sus fotografías, es puramente artesanal", subraya Limia.

70 autores de ambos continentes muestran imágenes de gran variedad

Muy distinta es la obra del chino Wang Quinsong, de quien se ofrece la retrospectiva Follow me (Sala Vimcorsa). Como si de un cronista se tratase, Wang reflexiona sobre los radicales cambios que ha sufrido la sociedad de su país, desde el feudalismo de hace apenas un siglo, a la revolución comunista y el último salto adelante hacia un potente capitalismo tutelado por el Estado.

En la obra del fotógrafo resuena el eco de la estética más kitsch de la época de Mao y la revolución cultural, como en Past y en Future, dos imágenes de 2001. En la primera, un grupo de gloriosos obreros y soldados, armados y embarrados, siguen heroicos a una bandera al son de las cornetas. Todos ellos dispuestos como si de una enorme escultura del realismo socialista se tratase. En Future, los personajes vuelven a disponerse de modo escultórico, pero el barro se ha convertido en una suerte de pan de oro y las armas (que también aparecen) en flores doradas. La injusticia y la hipocresía del sistema económico en el que se ha embarcado China también aparecen retratadas en piezas como Dormitory, donde decenas de personas se apelotonan en literas dispuestas como enormes estanterías.

El acercamiento al Mediterráneo lo protagonizan Olke Veral Coskuner y Zülal Ersen con la exposición Imagine... Imagine Istambul, que se exhibe en la Sala Arpillera del Palacio de la Merced. La antigua Constantinopla aparece tratada de manera onírica con complejas y barrocas imágenes que invitan a un viaje casi mágico a la ciudad que une Oriente y Occidente.

El puente que propone el certamen también mira al pasado con Jardines de arena: fotografía comercial en Oriente Próximo, 1859-1905, que puede verse en la Sala Galatea. Imágenes captadas por los pioneros de la fotografía que registraban sus viajes en blanco y negro o en sepia. La Esfinge recién excavada en 1890, un amanecer en El Cairo en 1905 o un retrato de derviches turcos en 1865 son algunas de las instantáneas que se exponen.

La Bienal de Fotografía también organizará dos exposiciones colectivas compuestas exclusivamente por artistas locales, como el grupo Afoco, que expone una muestra colectiva en la avenida de la Libertad bajo el título de Paso a paso. Este año, la Bienal de Fotografía cuenta con 150.000 euros de presupuesto. Los organizadores esperan superar los 35.000 visitantes. La cita forma parte de Córdoba en Clave 16, un programa de actividades promovidas por la Fundación Córdoba Ciudad Cultural durante 2011 para su promoción como Capital Europea de la Cultura en 2016.