Una 'generación sándwich' en la Universidad
La adaptación a Bolonia perjudica a algunos alumnos del plan antiguo
La adaptación de la Universidad al Espacio Europeo de Educación Superior supone una revolución que cambia la forma de concebir las carreras. Pero la transición de los planes antiguos -basados en diplomaturas y licenciaturas- al sistema de grados de Bolonia ha hecho aflorar también una generación sándwich de alumnos que tienen que afrontar el cambio. Son los estudiantes del plan antiguo a los que les queda pendiente alguna materia que desaparece con los grados -asignaturas extintas, se denominan- y tienen Bolonia en el cogote.
Es el caso de Laura Núñez, estudiante de la Universidad de Sevilla (US) de la antigua Licenciatura en Psicología. Está en cuarto y tiene pendiente una asignatura de primero de su licenciatura. Pero su carrera ya está adaptada a Bolonia en primero, con lo que la materia pendiente ya no se imparte. Esta alumna se lamenta del trato que recibe: "No tenemos clases. Me preparo el examen con los apuntes y poco más. Se supone que hay tutores, pero no lo sabemos". "Hay desinformación", concluye Núñez, de 23 años.
Las asignaturas extintas del anterior plan ya no se imparten
Los estudiantes de las licenciaturas tienen más reparos para pasar al grado
Cada universidad ha decidido cómo afrontar la transición. En el caso de la US se ha establecido que este tipo de alumnos con asignaturas pendientes podrá presentarse a dos convocatorias al año para superar la materia. Y tendrá cómo máximo tres años, es decir, seis convocatorias en total. Si el estudiante no logra aprobar la materia tendrá que "adaptarse al nuevo plan de estudios", según la normativa sobre evaluaciones aprobada por la Universidad de Sevilla. Miguel Ángel Castro Arroyo, vicerrector de Ordenación Académica, reconoce que las asignaturas extintas no tienen docencia, sólo hay examen. Respecto a las tutorías, señala que este asunto no está recogido en la normativa de la Universidad de Sevilla. Sin embargo, añade que está "extendido el uso de las tutorías de modo general".
En el caso de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) lo que se ha decidido es que los estudiantes de los planes antiguos tendrán dos años para aprobar las materias pendientes y dos convocatorias por año, cuatro en total. "Antes no había un límite de convocatorias, sólo un límite de créditos en un año que impedía seguir avanzando si no se aprobaban las pendientes", recuerda Juan Manuel Cortés Copete, vicerrector de Docencia y Convergencia Europea de la UPO. "Los profesores tienen seis horas de tutorías en las que pueden atender a los alumnos de las asignaturas extintas", sostiene Cortés.
Durante este curso, se imparten en las universidades andaluzas 693 titulaciones, entre ingenierías, licenciaturas, diplomaturas y grados. De ellas, 497 son de ingreso en primer ciclo y 196 en segundo. De las de ingreso en primer ciclo, 115 ya son grados. Además, se desarrollan 331 máster adaptados a Bolonia.
Francisco Andrés Triguero Ruiz, secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, recuerda que no es la primera vez que el sistema se enfrenta a una transición de este tipo: "Hay titulaciones que desde 1984 han sufrido hasta tres cambios". "En 1984 hubo cierta revolución, aunque no de esta profundidad", añade.
La generación sándwich de 2010 se enfrenta a otro dilema: Pasarse o no al nuevo sistema, es decir, pasar de su licenciatura o diplomatura al grado. Según el vicerrector de la UPO, en su universidad "no hay un interés muy especial [de cambiarse al nuevo sistema] excepto en las diplomaturas, porque los grados los convierten en titulados superiores". "En el caso de las ingenierías técnicas puede sonar mejor tener el grado, pero es más un valor social, porque se mantienen las competencias", afirma el secretario general de Universidades.
En el caso de las licenciaturas, Cortés, de la UPO, apuesta por cambiar la percepción que tienen algunos alumnos, "que siguen pensando que la licenciatura es más que un grado". "El grado no es menos que una licenciatura", zanja Triguero.
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