Urbanismo contra tradición
Un plan de reforma municipal amenaza a los Astilleros Nereo de Málaga, cuya labor figura como Patrimonio Histórico
El sonido de la lijadora rompe el silencio que a primeras horas de la mañana reina en el barrio de pescadores de Pedregalejo, en Málaga. Tres alumnos de la escuela taller Virgen del Carmen, dos subsaharianos y un marroquí que rondan la veintena, andan en faena lijando el casco de la buceta -una embarcación de propulsión a remo que se utilizaba hasta mediados del siglo pasado para pesca de bajura con artes de enmalle- que ellos mismos han construido bajo la supervisión del maestro Rafael Serrano, el último carpintero de ribera en activo que trabaja en los Astilleros Nereo de Málaga, uno de los dos de este tipo que existen en Andalucía, junto a los astilleros que hay en Coria del Río (Sevilla).
En esta escuela taller, Rafael y los ocho trabajadores fijos de Astilleros Nereo se encargan de crear embarcaciones tradicionales como la buceta, la jábega -uno de los símbolos malagueños- o los sardinales, barcos que, de no ser por su labor, estarían condenados a la desaparición. "Mientras nos dejen, este arte no se perderá, aunque nos cueste nuestro perraje, porque aquí de subvenciones nada. Sólo hemos contado con el apoyo de la Delegación de Empleo para el taller y de la Delegación de Cultura, que ha protegido nuestra labor", afirma serio Juan Antonio Sánchez Guitard, propietario de los Astilleros Nereo desde 1966. Ese "mientras nos dejen" que suelta Juan Antonio resume a la perfección la amenaza que pende sobre esta empresa de carácter casi familiar. Un plan de reforma de los cercanos Baños del Carmen promovido por el Ayuntamiento de Málaga y por la Dirección General de Costas prevé la desaparición de los astilleros de la esquina que ahora ocupa en el paseo marítimo de Pedregalejo. En ese plan se recoge que los 1.200 metros cuadrados de Nereo son necesarios para enlazar esta barriada con el paseo marítimo que lleva hasta La Malagueta. "Este trozo del paseo no tiene nada que ver con el plan de rehabilitación de los Baños del Carmen porque no pertenece a ellos", explica Juan Antonio mientras señala una ancha explanada situada delante de su negocio: "Si quieren espacio, por aquí puede pasar perfectamente el paseo, como ya lo hacía antes de que se lo llevase el mar".
Con una concesión administrativa válida hasta 2018, Juan Antonio se queja de que ni el Ayuntamiento ni Costas quieran dialogar. "No sé nada sobre qué pasará, porque no quieren dialogar. Todo es a base de imposiciones", asegura indignado. El propietario de Nereo se niega a abandonar su esquina porque sostiene que eso sería el fin del negocio. "Hay documentos que hablan de la existencia de estos astilleros en este sitio allá por 1638, si bien se sabe que ya los árabes varaban aquí sus barcos por ser la playa más franca del litoral", indica Juan Antonio, quien también se resiste a mudarse por razones sentimentales: "Este es un barrio de pescadores y aquí está nuestro sitio". Y es que, gracias a la labor de estos astilleros, los pescadores de la zona conservan sus embarcaciones en perfecto estado. "Aquí las traen y se las arreglamos. Dime tú si nos echan qué van a hacer...". Los vecinos han recogido más de 10.000 firmas de apoyo.
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