Un año de prisión para el nieto de Franco
Jaime Martínez-Bordiú agredió a su novia y la amenazó de muerte
Ocho meses de cárcel por maltratar a su novia y cuatro meses por amenazarla. Ésas son las dos penas que ha impuesto el Juzgado Penal 20 de Barcelona a Jaime Martínez-Bordiú, nieto del general Franco, por agredir a la que fue su novia Ruth Martínez Torres y proferirle amenazas de muerte. La misma sentencia también le prohíbe acercarse a ella a menos de mil metros durante tres años y le absuelve de un tercer delito de coacciones del que asimismo le acusaba el fiscal.
Martínez-Bordiú carece de antecedentes penales, por lo que si la Audiencia de Barcelona confirmase la condena no debería entrar en prisión, aunque sí cumplir las medidas que entonces determine el juez.
La sentencia relata que la tarde-noche del 21 de agosto de 2007 se inició una discusión de la pareja en un hotel de Málaga y que Martínez-Bordiú insultó a su novia, a la que llamó "zorra". Cuando ella le replicó que se iba a Barcelona, él la cogió por los brazos y la tiró a un sillón para advertirle que no se marcharía. Ruth Martínez intentó coger su maleta pero él se la tiró al suelo y le advirtió de que compraría todos los billetes de avión para que no pudieran venderle ninguno y prosiguió la discusión.
Ella estaba recogiendo sus cosas del suelo, cuando su novio dio una patada a una silla y el ordenador que estaba allí apoyado acabó golpeándole el costado izquierdo, lo que le produjo un hematoma. Ruth Martínez, entonces, salió de la habitación para coger un taxi y avisó a la Guardia Civil. Él la amenazó: "Como hayas llamado a la policía, te mato".
La juez fundamenta la condena en la declaración de la víctima, de la que se dice que "no existe razón para dudar de su credibilidad", pero también recuerda el relato de los empleados del hotel, quienes declararon en el juicio que ella estaba nerviosa y lloraba, y que Martínez-Bordiú le espetó frases como que "sin él no era nadie" y que "iba a llamar a su padre para que la encerrase". El acusado negó los cargos, pero la juez entiende que "ha faltado a la verdad".
La juez razona que la orden de alejamiento es necesaria para salvaguardar "la integridad psíquica de la perjudicada" y para que él no la siga "inquietando y molestando".
Al día siguiente de denunciar los hechos, un juzgado de Fuengirola ya acordó la prohibición de que Martínez-Bordiú se acercase a su novia a menos de 500 metros hasta que hubiera juicio. La pareja se reconcilió y se paseó por los platós de televisión. Ruth Martínez retiró la demanda pero el proceso siguió su trámite por la actuación del fiscal. Ahora ya no están juntos.
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