Sara Carbonero, la más buscada
Todos los objetivos del Mundial apuntan a la periodista por su relación con Casillas
En Google, 1,3 millones de páginas hablan de ella, donde circulan 51.300 imágenes suyas y 541 vídeos. Su nombre está entre las 10 búsquedas con más volumen de crecimiento de los últimos 30 días en España, superando incluso a la mediática Belén Esteban. Su fama ha traspasado fronteras. El día en que España debutó en el Mundial ante Suiza había 80 fotos de ella en las redacciones de los periódicos solo media hora después de iniciarse el partido. Ha sido primera página de The Times y uno de los blogueros más influyentes de The New York Times dedicó un amplio artículo a su presencia en el campeonato.
Tiene 26 años y una carrera como periodista deportivo, que primero la llevó a ser becaria de Radio Marca, redactora de La Sexta y desde hace unos meses fichaje estrella de Telecinco. Ahora es una de las enviadas especiales de la cadena de televisión para cubrir el Mundial de fútbol. Pero ha sido su relación con el portero del Real Madrid y de la selección española, Iker Casillas, lo que le ha lanzado definitivamente al estrellato. Situación que la pareja vive con cierta incomodidad ya que intentan ser discretos en lo privado y muy profesionales en su trabajo: él bajo los palos y ella haciendo información.
Pero la presencia de Sara Carbonero en la banda durante los partidos del Mundial de Sudáfrica ha desatado el morbo. The Times fue quien inició la polémica al publicar el 17 de junio un artículo en el que aseguraba que la periodista influyó en la derrota de España frente a Suiza. El titular equiparaba a los aficionados con la Inquisición española y a Sara Carbonero con una WAG, el acrónimo que utiliza la prensa británica para referirse a mujeres y novias de futbolistas.
"Las WAG fueron muy polémicas en el Mundial de Alemania por su factor de distracción", explicaba el viernes el corresponsal de The Times en España y autor de la noticia, Graham Keenley, "hasta el punto de que Fabio Capello ha limitado su presencia en este Mundial. Por eso interesa en el Reino Unido la relación entre Carbonero y Casillas". Pero no fue solo The Times, también The Guardian publicó ese mismo día un artículo similar hablando de la relación de la pareja.
"Yo no sabía ni quién era esta chica. Me llamaron para decirme que la buscara y le hiciera fotos", explica un fotógrafo británico que cubrió el partido España-Honduras para una de las agencias de noticias más importantes del mundo. "De repente, la atención se fijó en Sara Carbonero porque las revistas del corazón demandaban material", añade.
Los compañeros que comparten trabajo con la periodista aseguran que ella intenta mantenerse al margen de este éxito mediático, pero critican que Telecinco la haya expuesto a los comentarios con una entrevista a Casillas tras la derrota contra Suiza que no hizo más que alimentar el morbo.
Entre los críticos con la política informativa de Telecinco se encuentra el presidente de la Asociación de la Prensa, Fernando González Urbaneja, que opina que la presencia de Sara Carbonero a pie de campo "es un ejemplo de malversación de los valores del periodismo en una televisión", y que la ubicación de la periodista junto a la portería de Casillas es "una vergüenza". Pero Carbonero, como el resto de los periodistas, se sitúa donde la FIFA ordena. Hasta Mariano Rajoy, presidente del PP, ha entrado en el debate pero para defender a la periodista: "Ella no tendrá la culpa de lo que le suceda a la selección".
Los jugadores del equipo español también observan este fenómeno pero en la distancia. Las noticias les llegan por Internet y las siguen con cierta preocupación por cómo esta situación podría afectar a uno de los suyos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.